Cultura valdivia

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Cultura Valdivia

Estatua de piedra de la cultura valdivia
Información histórica
Periodo Período formativo
Primeros registros c. 3800 a. C.
Decadencia c. 1500 a. C.
Información geográfica
Área cultural América del Sur
Sub área cultural América andina
Equivalencia actual Ecuador
Asentamientos importantes

La cultura Valdivia fue una cultura arqueológica precolombina que se desarrolló durante el Periodo Formativo Temprano, concretamente desde el 3800 al 1450 a. C.[1][2]​ Esta cultura ocupó las tierras bajas de la costa del Ecuador, en las provincias de Santa Elena, Guayas, Los Ríos, Manabí y El Oro, incluyendo a la Isla Puná.[1]​Es más conocida porque fue una de las primeras culturas de América en llevar a cabo lo una revolución neolítica, es decir, empezar a fabricar vasijas de cerámica, adoptar un estilo de vida sedentario, construir villas y poblados y depender de la agricultura para conseguir alimentos.[3][4]

La cultura valdivia es principalmente conocida por sus figurillas de cerámica y piedra comúnmente conocidas como Venus de Valdivia.

Historia[editar]

La historia de la cultura valdivia se extiende por más de 2000 años, y cubre todo el período conocido como el Formativo Temprano.[1]​ Para simplificar su comprensión, los expertos han dividido la historia de esta cultura en 8 fases, algunas de las cuales tienen sus respectivas sub fases. Aunque además de estas 8 fases, también se usan los períodos temprano, medio, tardío y terminal para referirse a diferentes momentos de la historia de la cultura vladivia.[5]

El origen de valdivia se remonta a la más antigua cultura Las Vegas del período precerámico (como su nombre lo indica, las culturas de este período no tenían conocimiento de la alfarería). Dicha cultura fabricaba herramientas de piedra casi idénticas a las que se fabricarían más tarde en valdivia.[6]​ Se cree que ya desde los tiempos de Las Vegas se inició el lento proceso de la domesticación de plantas que eventualmente llevaría a la aparición de una sociedad agrícola.[7]

Se cree que el maíz fue introducido a la costa ecuatoriana en los últimos momentos del período precerámico,[7]​ y seguramente su cultivo contribuyó a la aparición de la cultura valdivia. Sin embargo, es difícil definir el momento exacto en el que Las Vegas se convirtió en Valdivia, pero normalmente se acepta que la transición ocurrió cuando se empezó a fabricar objetos de cerámica,[6]​alrededor del 3800 a. C.[2]

Con esta transición llegaron todos los cambios propios de la vida Neolítica. La economía de caza y recolección y el estilo de vida semi nómada fueron reemplazados por la economía agraría y el sedentarismo. Los primeros siglos de esta cultura se caracterizaron por la construcción de villas y pueblos y un muy rápido crecimiento de la población. Este fenómeno es conocido como la Transición Demográfica Neolítica, y los arqueólogos lo han detectado en todo el mundo. La población valdivia alcanzó su tamaño máximo durante la Fase 3 (2800-2400 a. C.)[8]

Sin embargo, tras los máximos de la fase 3 inicia un período de lenta reducción de la población. Este fenómeno también es típico de la transición neolítica.[8]​ Los pueblos más grandes empezaron a reducir su tamaño ya que la gente empezó a migrar a los alrededores, donde se construyeron gran cantidad de pequeños caseríos.[1]

Los últimos registros de la cultura valdivia ocurren alrededor de 1450 a. C. Tras su desaparición, las áreas de valdivia fueron ocupadas por la cultura Machalilla, y posteriormente por la cultura Chorrera.[1]

El descubrimiento de Valdivia[editar]

Varios de los primeros arqueólogos en estudiar la cultura valdivia: Betty Meggers arriba a la izquierda, Emilio Estrada arriba a la derecha y Carlos Zevallos Menéndez abajo.

Los restos de la cultura valdivia fueron descubiertos en mayo de 1956 por el arqueólogo ecuatoriano Emilio Estrada Icaza, quien encontró varias piezas de cerámica muy erosionadas en el sitio de Punta Arenas, Posorja. Y fue él mismo quien en octubre del mismo año descubrió el sitio de Valdivia, en el cual pudo identificar por primera vez la antigüedad de esta cultura, fue este sitio el que le dio nombre a esta cultura. [9][10]​Estrada no tardó en contactar con los célebres arqueólogos norteamericanos Betty Meggers y Clifford Evans, a quienes invitó a excavar el sitio.[11]

Más tarde en el mismo año, los arqueólogos Carlos Zevallos Menéndez y Olaf Holm identificaron otro sitio valdivia conocido como San Pablo, iniciaron excavaciones inmediatamente.[11]

Debido a la escasa información de la que disponían estos primeros investigadores, propusieron varias teorías sobre la cultura valdivia que hoy en día han sido demostradas como equivocadas. Primeramente, ya que los primeros sitios valdivia descubiertos estaban todos junto al mar y en zonas bastante áridas, estos primeros arqueólogos pensaron que los valdivia vivían únicamente de los recursos que provee el mar, pescando y recolectando moluscos, sin ningún conocimiento de la agricultura. Y en segundo lugar, debido a que ellos no habían encontrado la cerámica tosca que se podría esperar de una cultura que apenas estaba empezando a experimentar con esta tecnología, los primeros arqueólogos pensaron que los valdivia no inventaron la cerámica por sí solos, sino que tuvieron que aprenderla de alguien más. Meggers, Evans y Estrada propusieron que el conocimiento de la alfarería vino desde las islas del Japón, ya que hay muchas similitudes entre la cerámica valdivia y la cerámica de los períodos jomón temprano y medio. Según estos investigadores, pescadores jomón se habrían perdido en el mar y las corrientes los habrían arrastrado hasta las costas del Ecuador.[4][12]

En sus excavaciones en San Pablo, en los sesenta, Zevallos Menéndez dio con los restos de una vasija que contenían la impresión de un grano de maíz. Esta y otras evidencias reunidas por el arqueólogo finalmente demostraron que la cultura valdivia no solamente conocía la agricultura, sino que dependía de ella como su principal fuente de alimentos.[4][13]

En los años setenta, una nueva ola de arqueólogos empezaron a realizar investigaciones que revolucionaron nuestra manera de entender esta cultura; En 1971, el alemán Henning Bischof encontró un complejo cerámico posiblemente anterior a valdivia conocido como San Pedro. En 1974, Betsy Hill creó la cronología de 8 fases que se usa hasta hoy en día. Uno de los principales resultados de estas nuevas investigaciones es que se demostró que valdivia era bastante más antigua de lo que se pensó inicialmente, incluso más antigua que los períodos jomón temprano y medio, lo que significa que el conocimiento de la alfarería no llegó desde el Japón.[4][6][14]​Por otro lado, el arqueólogo Presley Norton inició excavaciones en el sitio de Loma Alta[6]​ y un equipo de la Universidad de Illinois empezó a excavar en Real Alto en 1974 (sitio que hacía sido descubierto por el ecuatoriano Jorge Marcos en 1971). Estas excavaciones trajeron nuevas técnicas que permitieron a los arqueólogos estudiar la arquitectura valdivia, tema que era desconocido hasta el momento.[15]

Organización política[editar]

Como el resto de las sociedades de la época, la cultura valdiviana tendría una organización de tipo tribal. Regulaban su vida a través de relaciones de reciprocidad y lazos de parentesco, que aseguraban la supervivencia del grupo. Es posible que contaran con jefes y especialistas en las relaciones con la esfera sobrenatural.

La presencia de entierros debajo del piso arcilloso de las chozas residenciales es bastante característico de muchas sociedades agrícolas. En efecto, los entierros sirven como títulos de propiedad que indican cual linaje es dueño de la propiedad. Quizás los valdivianos hacían lo mismo. En muchas sociedades agrícolas en este nivel de desarrollo en el mundo, la propiedad pertenece a las mujeres y los linajes se definen por el lado femenino (matrilinaje). La presencia de una "matriarca" en un entierro muy especial en el montículo del osario de Real Alto posiblemente refleje una organización matrilineal para la cultura valdiviana.

Este mismo entierro sugiere algo más que un simple sistema matrilineal, porque esta mujer recibió atención muy especial. Primero, su tumba fue recubierta por piedras de moler. Luego, a los pies fue enterrado un hombre degollado y descuartizado, evidencia de un posible sacrificio en honor a la mujer. Tercero, hay evidencia de siete entierros secundarios en la misma tumba, probablemente realizados durante distintos ritos posteriores. Otro dato interesante sobre el osario es la presencia de entierros de niños en lo que parece ser recinto muy especial.

Según estas observaciones, la sociedad valdiviana se estaba transformando en una sociedad no igualitaria. Uno de los rasgos del cacicazgo es la concentración de autoridad en manos de herederos, y arqueológicamente se puede observar esta práctica por medio de entierros con víctimas sacrificadas. Un niño con atención tan especial probablemente nació con un rango privilegiado, ya que no tuvo tiempo en la vida para ganar este estatus. En sitios anteriores a la cultura valdivia, de la cultura Las Vegas, se encontraron gran cantidad de entierros. A pesar de esta riqueza de evidencia, no hubo ninguna señal ni de desigualdad social ni de sacrificios.

Economía[editar]

El estudio de la economía de subsistencia en la cultura valdivia se ha visto frecuentemente complementado gracias a la evolución de los proyectos arqueológicos que se han ido desarrollado en la zona. Como las primeras investigaciones se llevaron a cabo exclusivamente cerca de la costa, las hipótesis sobre la economía valdiviana indica que esta giraba en torno a los recursos que se pueden extraer del mar.

De este modo, las primeras conclusiones destacadas por Emilio Estrada indicaban que los moluscos eran la principal fuente de alimento. El gran número de conchas encontrados en los diferentes estratos de los yacimientos de Valdivia, Buena Vista y Punta Arenas de Posorja así lo reflejan. Destacan entre más de cuarenta y dos especies distintas la Ananalocardia subrugosa y la Cerithidea valida. Estudios complementarios encontraron también restos de cítricos y ají, lo que sugiere que estas conchas se preparaban por maceración, siendo la primera referencia documentada de este tipo de preparación en América. Parece ser que las conchas también sirvieron para el intercambio al haberse encontrado estas en asentamientos de otras culturas coetáneas ubicados en el interior del continente, como por ejemplo, la cultura Guañape (Perú), Barlovento (Colombia), Monagrillo (Panamá), y diferentes asentamientos en Chile y México, estamos pues ante la primera cultura eminentemente comercial marítima de América. Unos cinco siglos antes del inicio de nuestra era, los contactos marítimos con pueblos del oeste de México, Centroamérica, Colombia y Perú ya eran regulares y constituían auténticas rutas comerciales. Lo importante de este hecho es que el intercambio sobre la base de conchas tiene su origen e impulso en esta cultura con toda certeza, ya que el 90% de las mismas se encuentran en las costas del actual Ecuador, especialmente en zonas de bahía.[4]

Además de los moluscos, se han encontrado también restos de peces y ocasionales huesos de venado, lo que indica que practicaban la pesca y la caza.[4]

En 1965, Persley Norton realizó las primeras investigaciones en el interior de la selva ecuatoriana y, entonces, se complementó el esquema de la economía de subsistencia valdiviana con la agricultura. Aprovechando la fertilidad que aportaban los ríos Verde y Zapotal, se desarrolló una incipiente domesticación de plantas. Entre sus cultivos principales, podemos destacar: achira, lerén, ají, una especie de maíz llamada kcello ecuatoriano, porotos, calabazas, yuca, camote, maní y algodón. También recolectaban frutos silvestres como papayas, piñas, chirimoyas y paltas.[4]

Las evidencias de estas prácticas se consolidan con la aparición de gran cantidad de manos de moler y metates hallados que indican la molienda de raíces, semillas y granos de maíz. Además, los arqueólogos han hallado estratos de una longitud superior a los dos kilómetros que pudieron responder a restos de pequeñas canalizaciones para regular el riego o para evitar el desaprovechamiento del agua.[4]

Arte[editar]

Cuencos valdivia.

La cultura valdivia destaca por ser uno de los posibles orígenes de la producción de cerámica en América del Sur[4]​ pero también destacan los trabajos en otro tipo de materiales.

Hay que mencionar los punzones elaborados a partir de las espinas de aletas de pescado, las conchas labradas, en especial las de las especies de Spondylus, Mactrella clisia y Dosinia dunkeri y el trabajo en material lítico.[4]

La piedra labrada constituye un testimonio muy útil para el estudio de la fabricación de herramientas. Entre las herramientas líticas halladas en este yacimiento son destacables los cuchillos de lasca, los núcleos, los machacadores, metates, pulidores, pesos para pescar y raspadores.[4]

El material rocoso de Valdivia está compuesto por arcilla endurecida, pizarra arcillosa y conglomerado de arenisca, por lo que el resto de clases de roca que se han encontrado (cuarcita, calcedonia, cuarzo o jaspe) probablemente hayan sido traídas por los pobladores de un lugar externo.[4]

La cerámica de la cultura valdivia fue clasificada en catorce tipos diferentes: San Pablo Ordinario, Valdivia Ordinario, Valdivia Pulido, Valdivia Pulido en Líneas, Valdivia Rojo Pulido, Valdivia Tiras Sobrepuestas, Valdivia Inciso Línea Ancha, Valdivia Brochado, Valdivia Exciso, Valdivia Inciso Línea Fina, Valdivia Inciso, Valdivia Modelado, Valdivia Pulido con Guijarro y Valdivia Punteado.[16][4]​ La agrupación de las piezas se realiza atendiendo a diferentes factores. Por una parte, se distinguen según la forma de los labios, los bordes y las bases y, por otra parte, su diversidad reside en el tipo de composición y de decoración. Las diferentes formas de labio que presentan pueden ser: aplanadas, con un filo recto y aplastado; redondas, con un filo curvo; o biseladas, con una terminación afilada. Los bordes pueden ser de diferentes formas: directos, del mismo espesor que el cuerpo; evertidos, marcadamente doblados hacia fuera; expandido, cuyo espesor va aumentando gradualmente hasta llegar al labio; doblados, engrosados por la parte exterior o interior, combados, curvado hacia fuera y luego doblado hacia arriba; y carenados, cuyo espesor va disminuyendo gradualmente hasta llegar al labio. En cuanto a las bases de la cerámica valdiviana pueden ser: aplanadas, cóncavas o tetrápodas. En términos generales, quizás la falta de uniformidad y la aspereza de las paredes sean las características más destacables.[16]

La decoración de la cerámica también fue clasificada por Emilio Estrada en dos fases. Un primero periodo (Valdivia A) cuya decoración es muy simple y que se caracteriza por las técnicas de acordelado, decorado con dedos, incisiones cruzadas, protuberancias hechas con los dedos, corrugado, decoración peinada, decorados con uñas o estampado con conchas. Y un segundo periodo (Valdivia B), en el que la complejidad de la decoración es mayor, incluyendo estampados en zig zag, excisos, impresos con cuerda trenzada o impresos con tejidos.[4]

Morteros[editar]

mortero jaguar

Los morteros en forma de felinos, monos y loros servían para pulverizar sustancias medicinales y alucinógenas, la hoja de coca con la cal eran los elementos más utilizados. Figuran entre la parafernalia de antiguos ritos de transformación religiosa facilitada por el uso de plantas de poder.

Los morteros fueron utilizados para moler alimentos, preparar pigmentos o colorantes caseros, medicinas o veneno, para sus actividades de cacería o magia. A su función frecuentemente añadieron elementos artísticos ornamentales en sus vidas.

Las figurillas femeninas de la cultura valdivia[editar]

Venus de Valdivia

Las figuras valdivia fueron representaciones generalmente femeninas, primero realizadas en piedra, y posteriormente en arcilla.[17]

Tradicionalmente estas figurillas han sido conocidas como "Venus de Valdivia", sin embargo recientemente la academia está cuestionando esta designación ya que el llamarle "Venus" atribuye a estas representaciones figurativas un significado meramente sexual.[18]

Las figuras de piedra evolucionaron desde piezas aplanadas a guijarros elipsoidales que permitían un aumento de la capacidad para esculpir con mayor fidelidad la complejidad de los órganos sexuales.[19][17]

En estas primeras fases, no se han encontrado figuras que representen la gestación, el parto o una madre sujetando a criatura alguna en los brazos.

A partir de la Fase II (3300 - 2800 a. C.) es cuando se comienzan a realizar las estatuillas en cerámica. El modo de realizarlas, consistía en una primera unión de dos cordones de arcilla para luego, una vez unidos, ir dando forma al cuerpo femenino. Se les daba forma redondeada a las partes que comprenden la cabeza, el pecho y las caderas, y se estrechaba la figura a la altura del cuello, el talle y la parte final de las extremidades inferiores, conformadas por los dos cordones.[17]

La mayor parte de las figuras presentan un acabado en engobe rojo y una serie de detalles elaborados mediante incisiones. Usualmente desnudas, portan peinados de todos los tamaños.

La mayoría de piezas han aparecido en diversos contextos, es decir, tanto en unidades domésticas como en los centros cívicos - ceremoniales o en enterramientos, como el Osario de Real Alto. Presentan los mismos rasgos, a saber: ojos simplemente como incisión y en forma de grano de café, línea gruesa de cejas que hace la forma de la nariz, brazos juntos en el cuerpo y piernas sin pies. Además, tienen formas redondeadas y todas ellas tienen marcado el sexo, sobre todo los pechos.[17]

Se han barajado diversas hipótesis para dar explicación al fenómeno de la aparición de estas estatuillas. Una de las principales hipótesis, bastante aceptada en la comunidad científica, sitúa a estas figuras como talismanes o elementos protagonistas en un "Ritual de Pubertad". Dependiendo del tipo de peinado o los atributos sexuales que se representen en las mismas nos indican una fase o periodo biológico.[17]

Las figuras que representan la gestación, el parto o la crianza de los niños se comenzaron a realizar en mayor medida durante las fases VII y VIII (1950 - 1450 ANE). Fueron creadas con una intencionalidad pues representan a las mujeres durante el desarrollo de un trabajo específico e imprescindible para la continuidad social.[17]

Cultos fúnebres[editar]

Los difuntos normalmente se enterraban dentro o cerca de las viviendas, sin embargo también se han encontrado osarios que acumulan los restos de varias personas de la cultura valdivia, los cuales no se encuentran en viviendas, el entierro en estos lugares habría sido un honor reservado solamente a miembros de familias destacadas.[20]​Entre estos destacan los entierros del montículo del osario en el sitio Real Alto, donde se enterró a una mujer de presumiblemente gran importancia en una tumba construida con piedras de moler, y alrededor de ella se enterraron los cuerpos de varios hombres que posiblemente fueron sacrificados en honor a esta mujer.[21]

A veces, los niños eran enterrados en vasijas cerámicas. Se han encontrado entierros de todos los tipos, primarios y secundarios, individuales y colectivos.

Los perros domésticos también se sepultaban,[22]​ siguiendo un patrón funerario parecido al de sus amos.

Relación de las primeras culturas ecuatorianas con otras culturas[editar]

Emilio Estrada realizó un análisis comparativo que consiste en tomar conjuntos de características de la cultura estudiada e investigar los diferentes sitios en los que pueda haber cierto número de semejanzas. En este sentido, se han hallado diversas coincidencias entre la cultura valdivia y las culturas Guañape (en Perú), Barlovento (en Colombia) y Monagrillo (en Panamá).[4]

Uno de los puntos en común de todas estas culturas, es que en todas ellas se constituyen extensos depósitos de restos de conchas, lo que evidencia que en su origen se constituyeron cerca de antiguas bahías, a cierta distancia de la playa actual. Por otra parte, las cuatro culturas son consideradas los complejos cerámicos más antiguos de sus respectivas regiones. El análisis de ciertas características y rasgos cerámicos se repiten en las cuatro culturas: tipo de decoración, técnicas de fabricación, forma de las vasijas...[4]

Respecto a las técnicas de fabricación, distintos restos de tazones y ollas encontradas en las diferentes áreas culturales, distinguen hasta tres técnicas de fabricación comunes en las cuatro culturas: desgrasante de arena gruesa, desgrasante de arena fina y construcción acordelada.[4]

La simultaneidad con que estas características aparecen en regiones tan distantes, evidencia un posible contacto histórico.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c d e Zeidler, James A. (2008). «The Ecuadorian Formative». Handbook of south american archaeology (en inglés) (New York: Springer): 459-488. Consultado el 13 de noviembre de 2023. 
  2. a b Lunniss, Richard; Zeidler, James A.; Ortiz Aguilú, Juan José (2021). «La transición Arcaico Tardío – Valdivia: una reevaluación en base a evidencias de los sitios Salango y Valdivia». Valdivia, una Sociedad Neolítica: Nuevos aportes a su conocimiento (Ediciones UTM-Unidad de Cooperación Universitaria): 120-158. Consultado el 13 de noviembre de 2023. 
  3. Jadán Veriñez, Mary Beatriz (2021). «Introducción». Valdivia, una Sociedad Neolítica: Nuevos aportes a su conocimiento. Ediciones UTM - Universidad Técnica de Manabí. pp. 14-17. ISBN 978-9942-948-53-3. Consultado el 13 de noviembre de 2023. 
  4. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p BARROSO PEÑA, Gonzalo (2014). «La cultura Valdivia o el surgimiento de la cerámica en América». Historia Digital XIV (23): 6-22. ISSN 1695-6214. Consultado el 3 de enero de 2020. 
  5. Rowe, Sarah M. (2012). «Late Valdivia Phase Ceramics: Chronological and Regional Clarifications». 40th Annual Midwest Conference on Andean and Amazonian Archaeology and Ethnohistory (en inglés). Consultado el 07-03-2024. 
  6. a b c d Tabarev, Andrey V.; Kanomata, Yoshitaka; Marcos, Jorge G.; Popov, Alexander N.; Lazin, Boris V. (2016). «Insights into the earliest formative period of coastal Ecuador: New evidence and radiocarbon dates from the Real Alto site». Radiocarbon 58 (2): 323-330. doi:10.1017/RDC.2015.23. Consultado el 07-03-2024. 
  7. a b Pearsall, Deborah M.; Duncan, Neil A.; Jones, John G.; Friedel, Dorothy E.; Veintimilla, Cesar I.; Neff, Hector (2016). «Human–environment interactions during the early mid-Holocene in coastal Ecuador as revealed by mangrove coring in Santa Elena Province». The Holocene 26 (8): 1262­-1289. doi:10.1177/0959683616638421. Consultado el 08-03-2024. 
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  9. Cultura valdivia: características, ubicación, costumbres, arte. Lifeder.com. Consultado el 17 de junio de 2022.
  10. LA CONTRIBUCIÓN ARQUEOLÓGICA DE EMILIO ESTRADA. Ecuadordiplomaciacultura.com. Consultado el 17 de junio de 2022.
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  13. Zevallos Menéndez, Carlos (1977). La agricultura en el Formativo temprano del Ecuador: (Cultura Valdivia). Guayaquil. 
  14. Hill, Betsy D. (1974). «A new chronology of the Valdivia ceramic complex from the coastal zone of Guayas province, Ecuador». Ñawpa Pacha: Journal of Andean Archaeology (en inglés) (10/12): 1-32. Consultado el 07-03-2024. 
  15. Lathrap, Donald W.; Marcos, Jorge G.; Zeidler, James A. (1977). «Real Alto: An Ancient Ceremonial Center». Archaeology 30 (1): 2-13. Consultado el 20 de marzo de 2024. 
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  18. Becerra Mayor, Thais (2020). El sesgo patriarcal en la interpretación historiográfica: Análisis de la Cultura Valdivia, en el Impacto de las Mujeres en la Ciencia. Quito: OEI-CIESPAL. pp. 453-476. ISBN 978-9978-55-195-0. 
  19. Di Capua, Constanza (2002). De la imagen al icono. Estudios de Arqueología e historia del Ecuador. Abya-Yala. ISBN 9978-22-287-1. 
  20. Stothert, Karen E. (2003). «Expression of Ideology in the Formative Period of Ecuador». En Quilter, Jeffrey, ed. Archaeology of Formative Ecuador (en inglés) (Dumbarton Oaks Research Library and Collection): 337-421. Consultado el 29 de septiembre de 2023. 
  21. Marcos Pino, Jorge Gabriel (2005). «Chamanismo y sacrificio en Real Alto: antecedentes del ritual andino en el formativo temprano del antiguo Ecuador». Chamanismo y sacrificio: Perspectivas arqueológicas y etnológicas en sociedades indígenas en América del Sur (Institut français d’études andines): 77-88. doi:10.4000/books.ifea.4510. 
  22. Lippi, Ronald D. (2021). «La ocupación Valdivia Tardía de Río Perdido en la Península de Santa Elena». En Jadán Veriñez, Mary, ed. Valdivia, una Sociedad Neolítica: Nuevos aportes a su conocimiento (Universidad Técnica de Manabí): 181-213. ISBN 978-9942-948-53-3. Consultado el 30 de septiembre de 2023. 

Bibliografía[editar]

  • BARROSO PEÑA, Gonzalo: "La cultura Valdivia o el surgimiento de la cerámica en América" en Historia Digital, XIV, 23, 2014, pp. 6-22.
  • GUERRERO PERALES, María Dolores: "Dar y mantener vida en las representaciones figurativas femeninas de Valdivia (Ecuador): un análisis crítico" en Raudem - Revista de Estudios de las Mujeres, Vol.4, 2016, pp.116 - 129.
  • JADÁN VERIÑEZ, Mary Beatriz: "Producción y uso de la cerámica Valdivia fase VIII (complejo Piquigua), del itio San Isidro norte de Manabí, Ecuador" en Chakiñán: Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, n.º 2, 2017, pp.61-72.

Enlaces externos[editar]