Culto a la personalidad

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Estatua de Kim Il-Sung en Corea del Norte.

Es conocido como culto a la personalidad (también culto a la persona) a la adoración y adulación excesiva de un caudillo vivo, carismático y por lo general unipersonal, especialmente cuando se trata de un jefe de Estado.[1][2][3][4][5][6][7][8][9][10][11][12][13][14][15][16][17][18]

El culto a la personalidad (como concepto influido por Nikita Jrushchov en su discurso del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en el año 1956) es una elevación en dimensiones religiosas o la admiración a nivel de religión de figuras de líderes carismáticos en la sociedad o la política. En las dictaduras es a menudo una forma de culto a la persona del dictador.

Definición

Según el Diccionario soviético de Filosofía:

Ciega inclinación ante la autoridad de algún personaje, ponderación excesiva de sus méritos reales, conversión del nombre de una personalidad histórica en un fetiche. La base teórica del culto [98] a la personalidad radica en la concepción idealista de la historia, según la cual el curso de esta última no es determinado por la acción de las masas del pueblo, sino por los deseos y la voluntad de los grandes hombres (caudillos militares, héroes, ideólogos destacados, &c.). Es propio de diversas escuelas idealistas atribuir un valor absoluto al papel de las personalidades eminentes de la historia (Voluntarismo, Carlyle, Jóvenes hegelianos, Populismo). El marxismo examina el papel de la personalidad, del dirigente, en estrecho vinculo con el curso objetivo de la lucha de clases, con la actividad histórica de las masas del pueblo. Ni siquiera la experiencia del más genial de los dirigentes puede sustituir la experiencia colectiva de millones de personas. El culto a la personalidad es profundamente adverso al marxismo-leninismo, que por su propia naturaleza, es la ideología de las inmensas masas trabajadoras, con cuyas manos se transforma la sociedad capitalista en comunista. De ahí que el P.C.U.S. desenmascare con tanta intransigencia el culto a la personalidad imperante en vida de Stalin, que ocasionó graves daños a la teoría y la práctica del socialismo. Aunque el culto a la personalidad de Stalin no pudo cambiar la naturaleza del socialismo, constituyó un lastre serio para el desenvolvimiento de la sociedad soviética. La lucha del P.C.U.S. y su Comité Central contra el culto a la personalidad de Stalin y sus consecuencias ha establecido las condiciones para dar nueva vigencia a las normas de la vida del Partido y del Estado soviético y desarrollarlas, para el ulterior avance de la democracia socialista. El Partido Comunista se guía por la idea de que la teoría y la práctica del culto a la personalidad obstaculizan la justa educación de las masas, frenan el crecimiento de su iniciativa, debilitan en cada individuo el sentido de responsabilidad por la causa común (la revolución socialista, la construcción del comunismo), influye negativamente en el desarrollo de la ideología comunista. En la práctica, el culto a la personalidad socava los principios democráticos de los partidos comunistas y de la sociedad socialista. Sólo podrá asegurarse el éxito de la lucha contra el culto a la personalidad, tanto en la sociedad socialista como en los Partidos comunistas, si se desarrollan por todos los medios la democracia, los Principios leninistas de la construcción del Estado y del Partido.[19]

A diferencia de la propaganda, cuyo objetivo es diseminar la ideología del régimen, el propósito del culto a la personalidad es reforzar la posición política del líder. El mensaje detrás del culto del personalidad es "En este régimen la única persona que importa soy yo".[20]

No sólo las dictaduras, sino también gobiernos presidencialistas electos en elecciones democráticas también puede rendir culto a la personalidad.[21]​ El culto a la personalidad y la emergencia de una personalidad autocrática no es un accidente fortuito de la historia, sino que es la emergencia de un fenómeno sistemático que puede estudiarse. Los líderes autocráticos han sido descritos como "personalistas" por Geddes (1999), "patrimoniales" por Zolberg (1966), "neopatrimoniales" por Snyder (1992) y "sultanismo" por Linz y Chehabi (1998).[22]

En los países donde el poder ejecutivo lo ejerce un presidente, el Jefe de estado no puede convertirse en autócrata ni se puede derivar en un culto a la personalidad mientras que las instituciones que conforman el Estado de Derecho ejerzan el contrapeso necesario que balancee un ordenamiento jurídico riguroso, (Serrafero, 1997), pero cuando se fractura la independencia y el equilibrio entre los poderes públicos del estado aparece el gobierno personalista.[21]

Historia

El término fue acuñado y descrito en 1956 por el Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética Nikita Jrushchov en un discurso denunciando a Iósif Stalin en el XX Congreso del Partido. [23][24][25][26][27]​ Por tratarse de un concepto en un marco histórico y político muy concreto, es impreciso describir con él, fenómenos antiguos como el culto al Faraón egipcio o el culto estatal al César en el Imperio romano (46 a. C.), si bien podemos señalar en la misma dinámica tipificada por Iósif Stalin, tales como la Alemania nazi con Adolf Hitler.[28][29][30]

De todas formas, es desde entonces usado en muchas ocasiones de forma acusatoria o peyorativa a un líder o mandatario que comparte algunas de sus características.

El mandatario se otorga a sí mismo títulos y honores como "El Benemérito", "El Excelentísimo", "El Generalísimo", "El Honorable", "Benefactor de la Nación", "El Restaurador de la Independencia" o "El Supremo". Además se le describe como poseedor de poderes sobrehumanos. El clima variaba según el estado de ánimo de Kim Il-sung y Mao nadaba cuatro veces más rápido que el que poseía el récord mundial.[22]

Idi Amin, de Uganda, se hacía llamar “señor de todas las bestias de la tierra, de los peces del mar y rey de Escocia”.[31]

A veces los restos del líder son embalsamados, como ocurrió con Evita, Lenin, Stalin, Sun Yat-sen, Ho Chi Minh, Mao Tse Tung, Kim Jong-il y Kim Il-sung, para continuar su veneración en las generaciones futuras.[32]

El líder representa a un dios, o genera un culto hacia su persona:

«No es a mí a quien el pueblo venera, sino, a través de mí, a Alá y a sus imanes.» Jomeini.[33]
«Dios en el cielo, Trujillo en la tierra». Trujillo.[34][35]

Características

  • Exagerada devoción de todas las personas con el líder. Exagerada adulación y adoración unipersonal al caudillo mimetizado con la figura del estado al que rige. Hasta cuando el caudillo se enferma, se pretende que enferma el país.[36]
  • Presencia de un "enemigo común" que justifica el rol histórico del líder como una potencia enemiga extranjera, un grupo económico o religioso, o un sistema político contrario al que se profesa. Dicho enemigo común puede ser interno y externo a la vez, trabajando generalmente de forma coordinada contra el régimen y la integridad física del líder.
  • Recepción sin crítica de las expresiones en la opinión pública de la persona admirada. Quién cuestiona al líder suele ser tildado de traidor.
  • Persecución de los críticos de la persona admirada, en parte con amenazas de muerte o a la salud de los críticos; aprehensión y desaparición de los críticos.[37][38][39]
  • Mimetizar la figura del líder con el Estado. Si el líder es amenazado, pues la Patria es amenazada. Si el líder dejase de gobernar, la Patria sería ingobernable.
  • Presencia exagerada de imágenes, fotografías y eslóganes en escuelas, edificios y en los medios .
  • Designación de empresas, edificios públicos, escuelas, calles, avenidas, plazas, canchas deportivas, ciudades con el nombre del líder o con nombres propios y relevantes dentro de la ideología que este profesa (Por ejemplo: Topónimos de Lenin).
  • Elaboración de relaciones (a menudo absurdas desde un punto de vista crítico) entre el líder y todos los aspectos de la vida.
  • Tendencia a creer la noción de que los problemas que puedan ocurrir de ninguna forma son responsabilidad directa del líder. Por lo general se le atribuyen a un complot externo o interno, dirigido por un "enemigo común".
  • Tendencia a confusión entre los actos del Estado y los de la fuerza política que la gobierna, colocación se símbolos partidarios o colores elegidos para identificarse políticamente en espacios públicos y en los principales actos de gobierno.

Un caso extremo relativamente reciente del culto a la personalidad es el de Saparmyrat Nyýazow en Turkmenistán, donde los meses del año fueron cambiados para honrar al "líder de todos los turcomanos". Este presidente construyó un palacio de hielo en el desierto, prohibió el ballet, el maquillaje, los dientes de oro y sustituyó la palabra pan por el nombre de su madre.[31]​ Aunque algunos casos son más aceptados que otros, generalmente la acusación de profesar el culto a la personalidad es peyorativa y proveniente de fuerzas opositoras. A la terminación de dictadura por regla general se revierten las designaciones, imágenes y estatuas públicas son retiradas, además todos los libros y obras de arte.

En España durante el franquismo coincidió con la creencia de Francisco Franco de haber sido elegido para salvar a España de peligros, se impuso una exaltación de su persona, usando apodos como "Caudillo"; "Salvador de España"; "la espada más limpia de Europa"; "el centinela de Occidente".[40]

Referencias

  1. Nicholas John Cull; David Holbrook Culbert; David Welch. Propaganda and mass persuasion, a historical encyclopedia, 1500 to the present. Santa Barbara, California, ABC-CLIO, 2003. ISBN 9781576074343. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  2. Inocencio Arias y Eva Celada. «La muerte de Evita Perón y su regreso a España». La trastienda de la diplomacia: de Eva Perón a Barack Obama, 25 encuentros que cambiaron nuestra historia. Barcelona, Plaza Janés, 2010. ISBN 9788401379970. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  3. Arturo Ariel Bentancur. Getulio Vargas: nacionalismo e industrialización en el Brasil, 1930-1945. Montevideo, Uruguay, Fundación de Cultura Universitaria, 1991. OCLC 26772581. 
  4. Milan W Svolik. The politics of authoritarian rule. Cambridge University Press ,2012. ISBN 9781107024793. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  5. Raanan Rein y Bar Kojba Málajm. La salvación de una dictadura: Alianza Franco-Perón 1946-1955. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1995. ISBN 9788400075057. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  6. María Sáenz Quesada. La libertadora, 1955 - 1958: de Perón a Frondizi. Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 2007. ISBN 9789500728799. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  7. Kirchner: el culto a la personalidad
  8. La tumba del líder es un mensaje.
  9. Kim Il Sung(en inglés)
  10. N. Korea escalates 'cult of Kim' to counter West's influence(en inglés)
  11. Kim Jong Il's personality cult declining for months(en inglés)
  12. Alfonso Francisco Ramírez. 1856-época actual; de Siegmund Freud a Gamal Abdel Nasser. Editorial F. Trillas, 1962. 
  13. Anne Alexander. Nasser: his life and times. American University in Cairo Press, 2005. ISBN 9789774248887. 
  14. Carlos Briceño Vásquez. Haití, mito y realidad, compendio de su historia política 1789-1988. ISBN 9789803006174. 
  15. Benito Mussolini(en inglés)
  16. Turkmenistan: The personality cult lives on, residents take it in stride(en inglés)
  17. El culto al poder y a la personalidad (ABC)
  18. Hugo Chávez: people's hero in final showdown (The Guardian)
  19. Culto a la personalidad Diccionario soviético de filosofía, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1965, páginas 97-98
  20. «And Then There Was One!, pág. 79». The Politics of Authoritarian Rule. ISBN 9781107024793. 
  21. a b Trino Márquez. Presidencialismo, autoritarismo y culto de la personalidad. Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura,2004, Vol. X, No. 2 (jul-dic), pp. 57-77. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  22. a b Milan W Svolik. The politics of authoritarian rule. Cambridge University Press, 2012. ISBN 9781107024793. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  23. Communist Party of Soviet Union. Central Committee. Acerca de la superación del culto a la personalidad y de sus consecuencias. Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1956. ISBN [[Special:BookSources/OCLC 660038718|OCLC 660038718]] |isbn= incorrecto (ayuda). Consultado el 14 de julio de 2013. 
  24. Nazi Indoctrination of an Absolutist Ideology and the Personality Cult of Adolf Hitler (en inglés)
  25. Adolf Hitler(en inglés)
  26. «El culto a la personalidad en la época de Stalin». La URSS en tiempos de Stalin. Consultado el 14 de julio de 2013. 
  27. José Manuel Sánchez Ron. Ciencia, política y poder: Napoleón, Hitler, Stalin y Eisenhower. ISBN 9788496515994. Consultado el 14 de julio de 2013. 
  28. Der Personenkult um Chávez wächst (Amerika21), entrevista con intelectual López Maya
  29. Chávez, der Wiederkehrer (Süddeutsche Zeitung)
  30. Anne Alexander. «The Twilight, pág. 136-146». Nasser: his life and times. American University in Cairo Press, 2005. ISBN 9789774248887. 
  31. a b «En la mente del dictador». La Vanguardia. Consultado el 14 de julio de 2013. 
  32. Líderes embalsamados, culto a la personalidad más allá de la muerte
  33. José María Gironella. El escándalo del Islam. Editorial Planeta, 1982, pág. 310. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  34. Ignacio López-Calvo. God And Trujillo: Literary And Cultural Representations Of The Dominican Dictator. University Press of Florida, 2005. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  35. Galeano. «1956, Santo Domingo. El el año 26 de la Era de Trujillo». Memoria del fuego/3, El siglo del viento. Madrid, Siglo Veintiuno de España Editores, 1986. ISBN 9788432304392. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  36. Consecuencias nefastas del culto a la personalidad
  37. Charles Tripp. Historia de Iraq. Madrid , Cambridge University Press, 2003. ISBN 9788483233474. 
  38. Gilbert Durand. De la microcrítica al mitoanálisis: figuras míticas y aspectos de la obra. ISBN 84-7658-380-X. Consultado el 14 de julio de 2013. 
  39. «El culto a la personalidad y la izquierda mexicana». Excelsior. Consultado el 14 de julio de 2013. 
  40. Nicolás SARTORIUS, Javier ALFAYA. La memoria insumisa. Sobre la dictadura de Franco. ISBN 84-8432-318-8.

Véase también