Confederación Española de Derechas Autónomas

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Confederación Española de Derechas Autónomas
Presidente José María Gil-Robles
Líder José María Gil-Robles
Fundación 28 de Febrero de 1933
Disolución 19 de abril de 1937  [1]
Ideología Conservadurismo nacionalista,
catolicismo social,
nacionalismo español,
anticomunismo.
Posición Derecha
Coalición
Sede Madrid
País España
Organización
juvenil
Juventudes de Acción Católica (JAP)
Publicación El Debate
1 Tras el inicio de la Guerra Civil Española, bajo el Decreto de Unificación de la zona nacional.

La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) fue una coalición de partidos políticos católicos de derechas, fundada el 28 de Febrero de 1933. Se gestó durante el primer bienio de la Segunda República Española. Su principal inspirador fue Ángel Herrera Oria fundador y director del diario El Debate. Otro de sus fundadores y que posteriormente dirigió la Confederación, fue José María Gil-Robles. La CEDA es el gran partido de masas de la derecha española en el marco de la Segunda República. Desde el momento mismo de su constitución se presenta como la alternativa de derechas y de orden al gobierno y a las coaliciones izquierdistas.

Acción Nacional/Acción Popular

Ángel Herrera Oria encabezaba la organización católica de carácter social Acción Católica. En 1931 logró aglutinar en torno a El Debate a un grupo de católicos interesados en defender sus principios religiosos en el marco de la República, llegando a formar el partido Acción Nacional, fundado el 29 de abril de 1931. Una ley aprobada por las Cortes a principios de 1932 que prohibía el uso del término "nacional" en los nombres de los partidos, le obligó a cambiarlo por el de Acción Popular, que iba a convertirse en el partido aglutinante de la Confederación.

La sublevación de agosto de 1932 conocida como la Sanjurjada aconsejaba a los dirigentes de Acción Popular a desligarse de los otros grupos de derecha para de este modo acentuar su independencia, ya que proclamaba que para alcanzar el poder solo emplearía el camino de la legalidad. Cuando Gil Robles en El Debate el deber de acatamiento muchos monárquicos abandonan el grupo destacando Esteban Bilbao, Antonio Goicoechea y José María Albiñana.[1]​ Este grupo fundó a principios de 1933 el partido monárquico alfonsino Renovación Española.

El 5 de enero de 1933 Gil Robles esboza programa y táctica, concretando las condiciones para ingresar en la confederación derechista proyectada.[2]

Partido nacional

Acción Popular creyó llegado el momento de convertirse en el partido nacional aglutinando varias organizaciones derechistas, los siguientes partidos regionales:

Programa de la Confederación Española de Derechas Autónomas (enero de 1933)

1º Acatamiento del Poder constituido, según la enseñanza de la Iglesia. —
[...]
2º Lucha legal contra la legislación persecutoria e inicua. —
[...]
3º Eliminación del programa de todo lo relativo a las formas de Gobierno. Cada socio queda en libertad de mantener íntegras sus convicciones y puede defenderlas fuera de la organización. —
[...]
Los partidos u organizaciones que no coincidieran en los puntos señalados no podrán formar parte de la CEDA. Sin embargo, ésta mantendrá relación amistosa y cordial con aquéllos.

La idea de formar una confederación fue patrocinada por Luis Lucía Lucia quien como jefe de Derecha Regional Valenciana expuso con reiteración normas y caminos que fructificaron en el Congreso celebrado en Madrid entre los días 27 de febrero y 2 de marzo acudiendo más de 400 delegados, que representaban a 735.000 cotizantes.[3]

El factor común a estos partidos era su especial interés por las cuestiones clericales y su repulsa a las reformas que en estas cuestiones se emprendieron en la primera legislatura de la República: La laicidad del Estado con la división de poderes Iglesia y Estado, la reforma de la enseñanza que prohibía los símbolos religiosos en las escuelas y otras cuestiones menores de carácter clerical, pero que asumían como especialmente importantes. Fueron especialmente sensibles a los desordenes públicos que acabaron con la quema de iglesias y conventos. La CEDA consiguió ser el partido más importante de la derecha, llegando a contar con cerca de 700.000 afiliados. Esa penetración en la sociedad, que la convirtió en un partido de masas, la consiguió utilizando principalmente organizaciones católicas.[4]

Liderazgo

José María Gil-Robles, que ya era el líder parlamentario, primero de Acción Nacional y después de Acción Popular, pasó a ser el líder de la CEDA. Visitó Alemania interesándose por los medios de propaganda política utilizada por los nazis y estuvo presente en la reunión de Nuremberg.

Ideología

Según el historiador Gabriel Jackson el punto común de los partidos que formaban la Confederación era la defensa de los sentimientos e intereses católicos contra las políticas anticlericales de los gobiernos republicano-socialistas presididos por Manuel Azaña y su fin último era modificar la Constitución de 1931. Se inspiraba en el catolicismo social del papa León XIII y su programa se resumía en el lema: "Religión, Patria, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad" (excluyendo a la Monarquía dado el carácter "accidental" que tenían para la Ceda las formas de gobierno, lo que provocó la salida de la misma de los católicos alfonsinos encabezados por Antonio Goicoechea que fundaron el partido Renovación Española que buscó la alianza con los carlistas de la Comunión Tradicionalista). Propugnaba una organización corporativa de la sociedad siguiendo la encíclica de Pío XI Quadragesimo Anno.[5]

Así pues, la Confederación era una coalición de ideología clerical conservadora, partidaria de un Estado corporativo, por lo que si para algunos se podía asimilar a la Democracia Cristiana, otros historiadores la han calificado de inspiración fascista, muy especialmente en lo que hace referencia a su organización juvenil, las Juventudes de Acción Popular (JAP). Ellos situaban como su modelo al Partido conservador inglés; si bien mostraban en el parlamento español un claro apoyo a los regímenes fascistas de Alemania e Italia. La CEDA seguía la corriente de opinión, ya manifestada dentro de Acción Popular, partidaria de aceptar las instituciones republicanas, a pesar de la procedencia monárquica de muchos de sus miembros, para la defensa, desde dentro, de sus intereses sociales y económicos.

Historia

Coalición de 1933

Para las elecciones del 19 de noviembre de 1933 formó coalición con varios partidos, como el monárquico Renovación Española (también proveniente de Acción Nacional), con el fin de aprovechar las ventajas que la ley electoral otorgaba a la mayoría, obteniendo 115 actas de diputado convirtiéndose en la primera fuerza política en el Parlamento, pero sin la fuerza necesaria para formar gobierno, por lo que en un principio se limitó a condicionar la política del gobierno formado por Lerroux. A este periodo, algunos historiadores izquierdistas lo denominan «Bienio Negro» significando que fueron «años reaccionarios y marcados por el fascismo».[6][7]​ También aparecen en la historiografía otras denominaciones como: «Bienio Radical-Cedista»[8]​ y «Bienio Rectificador».[9]

Ministros de la CEDA en el gobierno

La anulación, por parte del gobierno Lerroux, de las reformas emprendidas en la primera legislatura y la constitución de un nuevo gobierno, que incorporaba a tres ministros de la CEDA, en octubre de 1934, fueron respondidas con una sublevación de sectores de izquierda (lo que se llamó Revolución de octubre de 1934).

Gobierno del Frente Popular

Las elecciones del 16 de febrero de 1936 dieron la victoria a la alianza de izquierdas del Frente Popular, aunque por partidos individualmente, la CEDA siguió siendo el partido más votado. Como partido más votado, la CEDA deseaba formar gobierno, lo que hubiese dado cierta estabilidad si se hubiese unido con el partido republicano, aglutinando en el gobierno todas las ideologías de la sociedad, tanto de derechas como de izquierdas, pero Manuel Azaña se negó en redondo a formar gobierno con la derecha y romper la alianza de izquierdas.[10]​ Desde entonces, la CEDA, y principalmente su líder Gil-Robles, maniobraron para que se decretara la ley marcial y se anularan las garantías constitucionales para así impedir que el Frente Popular tomara posesión del gobierno.[11]

En un clima de violencia generalizada, miembros de la CEDA estuvieron en contacto con un grupo de generales, entre ellos Mola, Franco, Goded..., conspirando para propiciar el golpe de Estado que se materializaría el 17 de julio.[11]​ El parcial fracaso de éste desembocó en la Guerra Civil. En el bando nacional, fueron disueltos todos los partidos políticos en 1937, integrándose muchos de sus militantes y dirigentes en Falange Española (posteriormente Movimiento Nacional), como es el caso del dirigente cedista Ramón Serrano Súñer.

Guerra Civil

En los primeros días de la Guerra destacados miembros de la CEDA (Federico Salmón, Dimas de Madariaga, Ricardo Cortés Villasana, Juan Bautista Guerra García, Antonio Bermúdez Cañete, Romualdo Alvargonzález...) fueron asesinados por milicianos de las organizaciones revolucionarias.

Referencias

  1. Arrarás, 1964, cap. «Nace la Confederación Española de Derechas Autónomas (C.E.D.A.)».
  2. Carta al director de El Nervión, diario bilbaíno.
  3. Véase el libro En estas horas de transición, Valencia, 1930.
  4. Javier Tusell, 1999, cap. «Radicales y cedistas: el comienzo de la colaboración».
  5. Jackson, Gabriel (1976). La República Española y la Guerra Civil, 1931-1939. (The Spanish Republic and the Civil War, 1931-1939. Princeton, 1965) (2ª edición). Barcelona: Crítica. p. 118. ISBN 84-7423-006-3. 
  6. Bachoud, Andrée, Franco, Editorial Crítica, Barcelona, 2000, ISBN 84-8432-123-1.
  7. Paul Preston, Franco, Editorial Grijalbo, 1994, p. 127.
  8. http://www.historiasiglo20.org/HE/13a-2.htm
  9. José Álvarez y José Ramón Montero, La Segunda República Española. Bienio Rectificador Y Frente Popular, 1934–1936, Siglo XXI de España Editores, S.A.
  10. Stanley George Payne, ¿Por qué la República perdió la guerra?, Espasa, 2010.
  11. a b Paul Preston, Franco, Editorial Grijalbo, 1994, cap. «La forja de un conspirador: Franco y el Frente Popular».

Bibliografía