Batalla del Puente de Calderón

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Puente de Calderón
Guerra de Independencia de México
Parte de Independencia de México

Plano de la Batalla del Puente de Calderón.
Fecha 17 de enero de 1811
Lugar Puente de Calderón, Jalisco
Coordenadas 20°37′22″N 103°04′08″O / 20.62278, -103.06889
Resultado Victoria española
Beligerantes
Ejército Realista en Nueva España Insurgentes mexicanos
Comandantes
Félix María Calleja Miguel Hidalgo
Fuerzas en combate
5000[1][2]​-6000[3][4][5]​regulares
10 cañones[6]
90 000[2]​-100 000[1][7]​hombres
95 cañones[1][2]
Bajas
1200 13 000

La Batalla del Puente de Calderón es parte de la guerra de Independencia de México. La batalla fue trabada entre fuerzas insurgentes y fuerzas realistas, el 17 de enero de 1811 en Puente de Calderón, Jalisco. El Puente se encuentra dentro del municipio de Zapotlanejo, a unos 60 kilómetros al este de Guadalajara, en México. Participaban cerca de 100 000 insurgentes, comandados por Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo. Las fuerzas realistas, que sumaban apenas 6000 soldados, estaban dirigidas por Félix María Calleja, por el conde de la Cadena siendo ex intendente de Puebla, Manuel de Flon "El Chacal de los Ojos Verdes" y el brigadier José de la Cruz. Como auxiliar de Calleja peleaba el coronel Manuel Emparán.

La batalla recibió su nombre porque la posesión del puente fue el objetivo de los combatientes; y fue el último episodio bélico de la primera etapa de la Independencia de México.

Antecedentes

El grito de Dolores del 16 de septiembre de 1810 por el párroco de Dolores Hidalgo, Allende y otros líderes insurgentes, provocó el inicio de la primera etapa de la Guerra de Independencia. En un principio, no hubo resistencia militar, por lo que en Celaya, Hidalgo fue proclamado Capitán General de América.[8]

El 28 de septiembre, en Guanajuato se libró la batalla de la Alhóndiga de Granaditas, en la que los realistas y todos los españoles y algunos criollos acaudalados se refugiaron en el edificio. Durante la acción militar, pereció el intendente Juan Antonio Riaño, y acto seguido, un minero llamado Juan José de los Reyes Martínez (El Pípila) incendió la puerta de la Alhóniga, permitiendo así que la tropa tomara el edificio lo saqueara y ejecutara a muchos españoles.

Los insurgentes marcharon a Valladolid, que se entregó sin resistencia el 17 de octubre. Prosiguieron el camino hacia la Ciudad de México, y acamparon en Toluca el 29 de octubre. Al día siguiente, las tropas realistas al mando de Torcuato Trujillo, esperaban a los insurgentes en el Monte de las Cruces. Los insurgentes derrotaron a los españoles en la Batalla del Monte de las Cruces. El 1 de noviembre, Hidalgo comisionó a José Mariano Jiménez a entrevistarse con el virrey Francisco Javier Venegas de Saavedra, en busca de lograr un acuerdo para que la capital se rindiera. Venegas se negó, y estuvo a punto de fusilar a los emisarios.

Mientras tanto, el comandante militar de San Luis Potosí, Félix María Calleja, organizaba un ejército para combatir a los insurrectos. Tras salir de San Luis Potosí, entró a Dolores, y saqueó la casa del sacerdote Hidalgo. Poco después entró en Querétaro. Las presiones de los líderes insurgentes sobre Hidalgo, en el sentido de avanzar cuanto antes sobre la capital no surtieron efecto. Hidalgo decidió replegarse al Bajío. A pesar de contar con cerca de 80 000 hombres, los insurgentes se retiraron al Bajio.[9]

El 7 de noviembre Calleja se encontró con los insurgentes en Aculco. El ejército realista de inmediato comenzó la acción militar, en la que los insurgentes huyeron debido a que se enfrentaban por primera vez con un ejército sumamente organizado. Hidalgo y Allende se separaron desde entonces. Hidalgo marchó con una parte del ejército a Valladolid, donde se cometieron matanzas de españoles durante esa época. El 26 de noviembre Hidalgo entró en Guadalajara, que había sido tomada el 11 de noviembre por José Antonio Torres "el amo", donde se repitieron las mismas matanzas que en Valladolid, hecho que se le imputaría a Hidalgo en su juicio meses más tarde.

Allende llegó a Guanajuato, donde las fuerzas de Calleja tenían puesto su objetivo. El mismo día que Hidalgo llegó a Guadalajara, Calleja y Allende se enfrentaban en Guanajuato. Allende y sus hombres (entre los que estaban Aldama y Jiménez) perdieron la batalla. Allende ordenó a Abasolo el degüello de los presos en la Alhóndiga. Tras la derrota, los insurgentes se volvieron a reunir en Guadalajara, donde Hidalgo fue proclamado Alteza Serenísima.

La batalla

Tras una entrevista con Venegas, Calleja resolvió avanzar sobre Guadalajara y cortar de tajo la insurrección. Con ayuda del intendente poblano Flon, y de los militares De la Cruz y Emparán, con quienes planeó la campaña a Guanajuato, se decidió a marchar a Guadalajara.

Poco antes los insurgentes recibieron la noticia de que el coronel Mier fue derrotado por los realistas, y de que el cura de Ahualulco José María Mercado tomó el puerto de San Blas, en el actual estado de Nayarit.

Abasolo y Allende organizaron en Guadalajara al ejército disponible, que tenía 3400 hombres entrenados y 1200 fusiles útiles. Se calcula que el resto eran unos 100 000 hombres sin orden ni preparación, de los cuales 20 000 eran jinetes, todos mal armados. Abasolo y Allende confiaban en el apoyo que podrían obtener de su artillería, formada por 95 cañones. Para suplir la falta de armamento, en Guadalajara construyeron cohetes con puntas metálicas y granadas de mano para ser lanzadas con hondas.

Antes de la batalla, los jefes insurgentes discutieron sobre la estrategia. Hidalgo había decidido no presentar batalla dentro de la ciudad. Aceptando el parecer del cura, los insurgentes salieron de la ciudad entre el 14 al 16 de enero hasta el campo raso cercano al puente, donde acamparon la noche del 16 y entonan cantos religiosos. Según algunos autores, Hidalgo esperaba que al ver el número tan grande de insurgentes, Calleja desertara y se pasara al bando insurgente.[10]

La mañana del 17, Hidalgo afirmó: "Hoy desayunaré en Puente de Calderón, comeré en Querétaro y cenaré en México". Después ordenó a Allende organizar al ejército de la siguiente manera; la artillería quedó bajo la dirección del General José Antonio Torres, la caballería fue encargada a Mariano Abasolo y las reservas las dirigió el propio Miguel Hidalgo; el General en jefe de la batalla fue Ignacio Allende.[11]

La batalla comenzó y en principio los insurgentes iban triunfando. A pesar de las diferencias de armamento, los rebeldes mexicanos estuvieron a punto de derrotar a las fuerzas virreinales. Sin embargo, los insurgentes se confundieron y desesperaron por la explosión de una granada española en las municiones mexicanas. Aquella explosión destruyó gran parte de la artillería mexicana, lo que en primera instancia redujo las pocas municiones insurgentes, causó pánico entre los soldados y creó un incendio que les impidió toda buena visibilidad sobre el enemigo, misma que creó una ola de desesperación y terror entre los insurgentes, que se dieron a la fuga. Los monárquicos españoles sacaron provecho de eso se dedicaron a perseguir al enemigo que huía abandonando hombres y pertrechos. La batalla terminó a las seis horas de haber comenzado. En el campo de batalla cayó Manuel de Flon, conde de la Cadena, quien fue intendente de Puebla, después de terminada la batalla por una flecha lanzada por el indígena Juan Terriquez, escondido detrás de un arbusto.

Consecuencias

Aquí el 17 de enero de 1811 la suerte fue adversa al Padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla y al Generalísimo Ignacio Allende
Inscripción en una de las barandillas del puente

Esta batalla marcó el final de la primera etapa de la guerra, caracterizada porque el lado insurgente luchaba con más pasión que estrategia. Las fuerzas insurgentes fueron devastadas y los eventos posteriores precipitarían la captura y condena de Hidalgo.

Los insurgentes huyeron hacia el norte, y en la hacienda del Pabellón, Aguascalientes, Hidalgo fue despojado del mando militar en favor de Allende; pero en el resto del camino es tratado como prisionero.[12]

En marzo recibieron la invitación del cacique texano Ignacio Elizondo, para reunirse con ellos en las Norias de Baján, Coahuila, para comprar armamento en los Estados Unidos de América. El 21 de marzo los insurgentes llegaron a Acatita de Baján. Primero llegó una carroza con Allende, Aldama, Jiménez e Indalecio, hijo de Allende. Elizondo los recibe, y acto seguido, los captura. Tiempo después llegó el contingente de Abasolo, que es detenido por realistas. Al final llegó Hidalgo a caballo, Elizondo se encargó personalmente de recibirlo, y poco después es aprehendido.

Los prisioneros son llevados a Chihuahua, donde se les realizaron juicios sumarios. Allende, Aldama y Jiménez fueron fusilados el 26 de junio, Hidalgo el 30 de julio y Abasolo fue condenado a prisión perpetua en Cádiz, España, donde murió en 1816.

El Puente de Calderón fue declarado monumento histórico en 1932.

Véase también

Notas

  1. a b c Manual de biografía mejicana, ó Galería de hombres célebres de Méjico. Márcos Arróniz, Paris, 1857, Librería de Rosa, Bouret y Cia, pp. 193.
    Entonces Allende y Aba- solo eligieron el puente de Calderon, como mejor posicion para hacer frente al enemigo, y el 17 de enero de 1811 se dió la batalla en la que contaban los insurgentes con 100,000 hombres, de estos veinte mil jinetes y noventa y cinco cañones, pero pocos bien armados. Los enemigos serian unos 5,000 hombres de tropas regladas.
  2. a b c Morelos. Fernando Benítez, Fondo de Cultura Economica, 1998, pp. 72.
    Las fuerzas de Calleja sumaban 5 000 hombres; las de Hidalgo 90 000, pero este inmenso número más bien suponía un estorbo que una ventaja. De esos 90 000 sólo tenían fusiles 3 000; los jinetes sumaban ciertamente 20 000, un vistoso conjunto armado de de lazos y machetes y el resto, unos 60 000 indios, estaban provistos de lanzas, de hondas y de flechas. Allende dispuso una batería de 67 cañones, detrás de la cual situó a su infantería escogida y cubrió los flancos con sus otras piezas de artillería -95 en total- y diversas fuerzas.
  3. El Museo mexicano, ó, Miscelanea pintoresca de amenidades curiosas é instructivas, Volumen 2. Ignacio Cumplido. Lo imprime y publica él mismo, 1843, pp. 530.
    El mas considerable, mandado por Calleja y su segundo el conde de la Cadena, constaba de cosa de 6.000 hombres, (...)
  4. Mexico: Un Experimento. Jalil Saab H. JALIL SAAB, 2010, pp. 112-113.
    Allende protesta, pero Hidalgo lo ignora. La batalla final del primer capítulo de la guerra independentista tiene lugar en el "Puente de Calderón", cerca de Guadalajara, dónde 6,000 realistas (en su mayoría criollos y mestizos) más disciplinados y entrenados derrotan a un numeroso (mas de 80,000) pero desorganizado ejército insurgente , a pesar de su enorme ventaja de artillería.
  5. Geografía universal física, política é histórica. Mariano Torrente, imprenta de Don Miguel de Burgos, 1828, pp. 247.
    A este furioso torbellino tan solo podia oponer el virei Calleja, que había sido sustituido á Venegas, 6000 hombres;
  6. Compendio de historia de México: la revolución de independencia y México independiente. Alfonso Toro, Editorial Patria, 1958.
    combate reñido con las avanzadas, al obscurecer. El ejército realista contaba sólo con 8000 hombres y 10 cañones; pero su armamento y su disciplina eran inmejorables
  7. Diccionario universal de historia y de geografía. Lucas Alamán & Manuel Orozco y Berra, Imp. de F. Escalente y c.a., 1853, pp. 35.
    Aquellas turbas se componían de 100.000 hombres, unos 20.000 eran ginetes. Con su calzonera de cuero, en general corta (...)
  8. Hidalgo Jean Meyer
  9. Existen desacuerdos sobre la razón o razones que hicieron a Hidalgo tomar esta decisión. Una de ellas es la proximidad de un encuentro militar con las fuerzas de Calleja. Otros historiadores afirman que de haberse tomado México, los insurgentes provocarían un saqueo mucho mayor al de Guanajuato, al que se vería sumada la plebe capitalina, y que la decisión del cura quiso evitar esto. Lucas Alamán explica que la Inquisición apresó a los hijos y a la viuda de Manuel Hidalgo, hermano del cura, y que Venegas amenazó con degollarlos si los insurgentes avanzaban.
  10. Miguel Hidalgo de Maité Hernández, página 169.
  11. México a través de los siglos de Julio Zárate.
  12. Siglo de Caudillos.

Bibliografía

  • VELÁZQUEZ, Rogelio (2000). Historia de México. Ciudad de México: Editorial Castillo. 970-20-0019-X. 
  • NIETO LÓPEZ, José de Jesús (1998). Historia 3. Ciudad de México: Editorial Castillo. 970-642-214-5. 
  • FUENTES MARES, José (1984). Historia Ilustrada de México. Ciudad de México: Editorial Océano. 968-491-045-2. 
  • ZÁRATE, Julio (1889). México a través de los siglos. Ciudad de México: Editorial Cumbre. 
  • VILLALPANDO, José Manuel (2002). Miguel Hidalgo. Ciudad de México: Editorial Planeta D'Agostini. 970-726-050-5. 
  • HERNÁNDEZ, MAITE (2003). Miguel Hidalgo. Madrid: Editorial Dastin. 84-492-0327-2003. 
  • MEYER, Jean (1996). Hidalgo. México: Editorial Clío. 

Enlaces externos