Barroco y Clasicismo francés

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Barroco y Clasicismo francés son denominaciones historiográficas[1]​ que designan los estilos artísticos desarrollados por el arte francés durante el siglo XVII. Con la denominación clasicismo francés no solo se designa a la versión local de la pintura clasicista (que, como alternativa a la pintura barroca, se había originado en Italia y también tuvo sus manifestaciones en los Países Bajos del sur -escuela de Lieja-); sino que también se utiliza para todas las manifestaciones del arte clasicista y barroco en la Francia de esa época, que fueron muy importantes en las demás artes (arquitectura, escultura, música y artes decorativas) y especialmente en la literatura francesa, cuando alcanzó tal nivel que se denomina Grand Siècle (Corneille, Racine, Moliére, Perrault, Boileau, La Fontaine).[2]

Son también muy utilizadas las denominaciones temporales "estilo Luis XIII" (reinado de Luis XIII, 1610-1643, durante el que se desarró una fase de las obras del Palacio del Louvre) y "estilo Luis XIV" (reinado de Luis XIV, 1643-1715, durante el que se desarrolló el ambicioso programa artístico en torno al Palacio de Versalles).

El ideal clásico, entendido como claridad, mesura y obediencia a las normas, tanto en las letras como en las artes, triunfó en Francia a partir de 1660, como expresión estética de la glorificación de la monarquía absoluta y sus ideales de orden y unidad, coincidente con el gusto artístico que apoya la burguesía, clase emergente.[3]

No sólo es temeridad, sino también locura, querer dudar del mérito [de los clásicos greco-romanos]... si no veis la belleza... no hay que concluir que no la poseen, sino que sois ciegos y no tenéis gusto. La mayoría de los hombres no se equivoca a la larga acerca de las obras del espíritu... es algo sin discusión, ya que veinte siglos han convenido en ello; se trata de saber en qué consiste ese algo maravilloso que ha hecho que sean admirados durante tantos siglos.

Muy significativa fue la institucionalización de las artes a través de las academias, especialmente la Académie de France à Rome ("Academia de Francia en Roma", 1666, fundada por Luis XIV bajo la dirección de Jean-Baptiste Colbert, Charles Le Brun y Gian Lorenzo Bernini) y las fundadas en París: Académie royale de peinture et de sculpture ("Academia real de pintura y escultura", 1648), Académie royale de musique ("Academia real de música", 1669) y Académie royale d'architecture[5]​ ("Academia real de arquitectura", 1671); que acabaron fusionándose en la Académie des beaux-arts ("Academia de bellas artes", 1816) y con otras, como la Académie des inscriptions et belles-lettres ("Academia de las inscripciones y bellas letras", 1663) y la Académie française (1634), en el Institut de France ("Instituto de Francia", 1795, inicialmente como Institut national des sciences et arts -"Instituto nacional de ciencias y artes"-).

Intelectualmente, en el siglo XVII en Francia convivieron las polémicas entre diversas facciones teológicas (jansenistas y jesuitas, Bossuet y Fenelon) y el debate de los antiguos y los modernos con el racionalismo (Descartes, Pascal, Bayle, Malebranche) que abre la crisis de la conciencia europea previa a la Ilustración, ya en el siglo XVIII (el Siècle des Lumières -"siglo de las luces"-).

Pintura

El estilo Luis XIII

Philippe de Champaigne, Retrato de Luis XIII.

A principios del siglo XVII coincidieron el final del manierismo y el principio del barroco en la corte de María de Médici y Luis XIII. El arte de este periodo mostró influencias del norte de Europa tanto de la escuela holandesa como de la flamenca y de los pintores romanos de la Contrarreforma. Entre los artistas se suscitó un debate entre los partidarios de Rubens (color, libertad, espontaneidad, el barroco) y los partidarios de Nicolas Poussin (dibujo, control racional, proporción, el clasicismo romano). A principios de siglo, además, destaca el caravagismo, tendencia pictórica influida por Caravaggio y que tuvo en Francia su máximo exponente con Georges de La Tour con sus cuadros iluminados con velas.

Así como el tenebrismo tuvo éxito en la Francia de provincias, el clasicismo arraigó en la corte y en París, entre un público de aristócratas y la alta burguesía. El clasicismo francés de la época de Luis XIII estuvo dominado por las figuras de dos artistas que trabajaban en Roma: Nicolas Poussin y Claudio Lorena y se vieron a su vez influidos notablemente por el clasicismo de Annibale Carracci y sus seguidores. De este último se destacan sobre todo los paisajes, que influyó en el romanticismo. Tanto Poussin como Lorena satisfacían ante todos los gustos de los coleccionistas franceses, especialmente de Richelieu y Mazarino, que adquirían sus obras.

Otro pintor que también desarrolló su carrera en Roma, pero cuyas obras se adquirían en Francia, fue Gaspard Dughet. En París trabajaron Laurent de La Hyre y Jacques Stella.

En la corte francesa se cultivó igualmente el retrato, destacando sobre todo en este punto la obra de Philippe de Champaigne, que cultivo tanto el retrato sencillo, íntimo, de gran penetración psicológica, como el cortesano, en que que se presentan a los reyes y las grandes figuras con todo su esplendor. El retrato de corte suele ser de pie, con accesorios como columnas o cortinajes. En las pinturas de Ph. de Champaigne destacan dos retratos de Luis XIII, el triple retrato del cardenal Richelieu y los retratos de miembros de los jansenistas, grupo al que perteneció desde 1645.

Aticismo

Las musas Clío, Euterpe y Talía, Eustache Le Sueur, h. 1640-1645, Museo del Louvre, París, ejemplo de aticismo.

A mediados de siglo la corriente dominante fue el aticismo, estilo caracterizado por sus peculiares refinamientos. Representan esta tendencia Eustache Le Sueur, Sébastien Bourdon, Nicolas Chaperon y Nicolas Loir.

Se trata de una corriente que se produjo sobre todo en París. Solían pintar por encargo de mecenas, tanto de la iglesia como laicos.

Los aticistas prefirieron representar temas de la Antigüedad clásica, tratándolos de manera preciosista. Las composiciones son sencillas, pero dentro de ellas incluían sofisticados códigos y símbolos que los refinados comitentes sabían descifrar.

Los personajes aparecen en actitudes tranquilas, reposadas, estáticas. Estaban vestidos de forma elegante, con ropas que se doblaban y ondulaban a la manera clásica. Los gestos eran delicados, las expresiones frías.

Predomina el dibujo sobre el color, siendo este de las tonalidades suaves, como el gris o el rosa. El único color con cierta intensidad es el azul.

Pintaban sobre telas encoladas directamente en el entablado a la francesa.

La corte de Luis XIV

Nicolas Poussin, Et in Arcadia ego (También yo en Arcadia) (1638-1639). Museo del Louvre (París).

Aunque con algún predecesor, Nicolas Poussin se convirtió en pintor de la corte. La mayor parte de su vida transcurrió en Roma. El Cardenal Richelieu le ordenó regresar a Francia para ostentar este cargo aproximadamente un año, muriendo en 1665. Poussin es autor de un tratado, La expresión de las pasiones.

Durante el reinado de Luis XIV, el clasicismo se identificó con el "gran gusto", siendo la figura más influyente fue Charles Le Brun, aticista en su juventud, que marcó el estilo oficial de la época. Aunque el iniciador es considerado Simon Vouet, antiguo tenebrista, es sin duda Le Brun la figura académica por excelencia, y quien mejor supo defender el ideal artístico del Rey Sol. Fue nombrado Primer Pintor del Rey en 1664, y dirigió los trabajos de Versalles.

Fue determinante la creación, en 1648, de la Academia Real de Bellas Artes, bajo los auspicios del cardenal Mazarino, con lo que se creaban unas líneas artísticas oficiales al servicio de la monarquía.

Gracias a la Academia y a los encargos del rey Luis XIV para la decoración de Palacio de Versalles, el clasicismo hará de esta tendencia el movimiento oficial de Francia e influirá ampliamente sobre toda una generación de pintores franceses y del resto de Europa.

Pierre Mignard, sucesor de Le Brun, siguió la misma tendencia, pero con mayor fastuosidad.

La academia estableció la jerarquía de géneros en pintura, ocupando el último lugar el paisaje y siendo el más noble de los géneros la pintura de historia. Esta empleaba una retórica pictórica muy marcada y un sentido estricto de lo que se consideraba decoroso.

En 1672, Le Brun se muestra partidario de la línea (Poussin) en detrimento del color (Rubens). Así, da el carácter y normativiza el estilo clásico, la obra de Poussin simboliza las virtudes de la claridad, la lógica y el orden, principios del academicismo.

En el retrato de corte destacaron Hyacinthe Rigaud y Nicolas de Largillière. Éste, y Jean Jouvenet personifican los últimos momentos de esta corriente.

Estilo

El canciller Séguier, de Charles Le Brun, h. 1670, óleo sobre lienzo, 295 × 351 cm, Museo del Louvre, París.

Como en otras disciplinas, el clasicismo en pintura tiende hacia un ideal de perfección y de belleza, inspirado de lo que se cree entonces que eran las virtudes de la Antigüedad.

Se hacen composiciones al fresco, sobre todo para la decoración de cúpulas, y óleos sobre lienzo de tamaño más pequeño que el usual de la pintura barroca.

La pintura escoge los temas nobles y preferentemente inspirados de la antigüedad o de la mitología grecorromana. No obstante, eran también frecuentes los cuadros religiosos. También se cultiva el retrato, comenzando por los del rey, en fastuosas disposiciones, y siguiendo por los de nobles y burgueses que deseaban hacerse retratar.

Finalmente, cobra gran importancia el paisaje, tratado "a la italiana", esto es, vistas con edificios en perspectiva y concediendo gran importancia a la luz. Los pintores tomaban apuntes del natural pero luego recreaban esos paisajes en sus estudios, usándolos como decorado para las escenas mitológicas.

La composición y el dibujo deben primar sobre el color y el concepto sobre la seducción de los sentidos. Las composiciones son cerradas, tendiendo a un esquema piramidal, con figuras centradas; no se representa con realismo, sino que los personajes se idealizan. Están posando, con tranquilidad, evitándose las posturas forzadas o exageradas tan propias del barroco.

Autores

Principales pintores clasicistas:

Escultura

Arquitectura

Artes decorativas

Estilo Luis XIII

El estilo Luis XIII refleja numerosas influencias españolas, flamencas e italianas, careciendo del carácter "nacional" que pretendió tener el "Luis XIV" posteriormente o del goût français ("gusto francés") característico del siglo anterior (estilo "Renacimento").[8]

Se caracterizó por líneas rectas, que le dan aspecto severo, a veces atemperado por la riqueza decorativa. Los pies son habitualmente en forma de columna, se elevan de un châssis cuadrado à boules, aunque la mayor parte de los ejemplos conservados presentan un pedimento en balustres o à décor tourné, con un entretoise[9]​ ("tirante") en forma de H, con los pies anteriores unidos en la parte superior por un travesaño de refuerzo suplementario de aspecto decorativo. Entre otros muebles, destacan los cabinets[10]​ en ébano, de lineas simples, estructura cuadrada y masiva. La decoración de hojas y flores grabadas acompaña a escenas de temas religiosos o mitológicos, de relieve poco marcado. La exuberancia decorativa marca un origen flamenco, que se reproduce por los artesanos locales. La importación de productos italianos por el Cardenal Mazzarino condujo a una emulación por el lujo entre la nobleza cortesana, que atrajo a artesanos extranjeros. En el Louvre trabajó el famoso ebanista holandés Pierre Golle[11]​ y los italianos Domenico Cucci y Philippe Caffieri. El francés Jean Macé de Blois, formado en los Países Bajos, trabajó para la Corona y creó la escuela francesa de marquetería en la que destacó posteriormente André Charles Boulle.

Estilo Luis XIV

El estilo Luis XIV[13]​ se caracterizó por un mobiliario cada vez más lujoso, pero contrariamente a los estilos precedentes no se inspiraba en la arquitectura.[14]​ Se distinguían dos clases de muebles: el d'apparat ("de aparato"), ricamente ornado de placages e incrustaciones, de madera maciza dorada, y el bourgeois ("burgués"), en madera maciza.[15]​ La simetría era absoluta, y las dimensiones ostentosas. Las fuentes de los motivos eran italianas y antiguas (Rome victorieuse, gracieuse, Jules César, etc.) Los panneaux tenían un característico estilo: podían ser échancrés en las cuatro esquinas, en las dos superiores y cintrés o incluso cintrés à ressauts.[16]​ Los pies se realizaban en balustres o en consoles. Los entretoises pasaron de la forma en H a la forma en X.[17]​ La marquetería conoció un importante desarrollo con la marqueterie Boulle (André-Charles Boulle).

Conjugando la estética barroca (triunfal y majestuosa) y clasicista (solemne y heroica), el estilo Luis XIV se consideraba particularmente adecuado para expresar el absolutismo borbónico. Alcanzó su madurez entre 1685 y 1690, bajo Charles Le Brun, que dirige la decoración de la galerie des glaces ("galería de los espejos") de Versalles, y de Colbert, que en 1662 compra para la Corona la manufacture des Gobelins, donde organiza, bajo el nombre de Manufacture Royale des Meubles de la Couronne, la producción de mobiliario destinado a las residencias reales, un perfecto ejemplo de manufactura real "colbertista".

La obra de Boulle testimonia la excelencia alcanzada por el artesanado y la ebanistería de la época. Adoptando el estilo ideal de Le Brun, con repertorio clásico, creó muebles que expresaban la grandeur ("grandeza") que se pretendía. Su técnica, bautizada con su nombre, designa un tipo de marquetería compuesta de écaille de tortue ("escama de tortuga") de latón, esmalte y marfil. Es característica la vibración de la luz sobre las superficies, junto con la gran variedad de galbes et courbes de los muebles y la riqueza de los materiales.

En el cambio de siglo, las composiciones Boulle se impregnaron del estilo del gran decorador Jean Bérain que, junto a Pierre Lepautre, aportó una nueva viveza a las artes decorativas, liberándolas del clasicismo solemne exigido por Le Brun y evolucionando hacia el estilo Regencia (ya en época del Rococó).

El mueble más característico del estilo Luis XIV fue el fauteuil ("sillón"), además de camas, consolas (con dos o tres filas de cajones, un modelo creado en los años 1690), mesas, espejos, guéridons (tableros redondos con trípodes de madera finamente esculpida y dorada, también llamados torchères) y los grandes armarios (de planta rectangular, cornisa saliente y molduración compleja). El bureau es una evollución del cabinet, con uno de sus mejores ejemplos en el bureau Mazarin.

Jardinería y paisajismo

El jardín francés o "a la francesa" (jardin à la française),[18]​ del que son ejemplos principales los jardines de Versalles, de Vaux-le-Vicomte y de Chantilly (todos ellos de André Le Nôtre), se constituyó en un modelo de jardinería, opuesto al jardín inglés.

Gran éxito tuvo el tratadista Antoine Joseph Dezallier d'Argenville, La Théorie et la pratique du jardinage, où l'on traite à fond des beaux jardins appelés communément les jardins de propreté (ediciones de 1709, 1713 y 1732).

Música

No debe confundirse con el clasicismo musical, cuya cronología es posterior (finales del XIII y comienzos del XIX).

Literatura

Bibliografía

Notas

  1. François Bluche (sous la direction de), Dictionnaire du Grand Siècle, Fayard, 1990. Fuente citada en fr:Grand Siècle (histoire de France)
  2. Bartolomé Bennassar, Historia Moderna, pg. 693.
  3. Citado en Bennassar, op. cit., pg. 693.
  4. Dictionnaire d’architecture de d’Aviler. Fuente citada en fr:Académie royale d'architecture
  5. Bazin, Germain (1981). "L'erreur du fossé du Louvre". Le Monde, 20 August 1981. Fuente citada en en:Perrault's Colonnade
  6. Anne Betty Weinshenker, A god or a bench: sculpture as a problematic art during the Ancien Régime, Peter Lang, 2008, ISBN 3-03910-543-4, pg. 252.
  7. Mobilier de style Renaissance et Louis XIII. Fuente citada en fr:Histoire du mobilier français. Le style Renaissance. Fuente citada en fr:Style Renaissance.
  8. fr:Entretoise
  9. R. Rouvier, Le cabinet florentin, L'officine, 2007 (ISBN 2-915680-99-X) Fuente citada en en:Cabinet (meuble)
  10. Christophe Huchet de Quénetain, « Pierre Golle », L’Estampille-L’Objet d’Art, no 416, septembre 2006. Fuente citada en fr:Pierre Golle.
  11. fr:Chaise à bras
  12. Le style Louis XIV. Fuente citada en fr:Style Louis XIV
  13. Favelac, 1981, p. 21
  14. Favelac, 1981, p. 22
  15. Renault, 2005, p. 60
  16. Renault y Lazé, 2000, p. 60
  17. Dominique Garrigues, Jardins et jardiniers de Versailles au Grand Siècle, Éditions Champ Vallon, 2001. Fuente citada en fr:Jardin à la française