Barrios bajos

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Barrios bajos es un concepto del urbanismo de la sociedad industrial que surge con el crecimiento de las ciudades europeas en el siglo XIX,[1]​ que determina la diferenciación social en la estructura urbana.[2]​ Se aplica a las ciudades de cualquier continente. [3]

Se utiliza de forma indistinta con otras expresiones, como barrios marginales, barrios pobres, barrios populares, barrios deprimidos, barrios trabajadores o barrios obreros, aunque cada una de ellas tiene un matiz distinto, marcado por la intención del hablante, entre lo peyorativo, lo disfuncional, lo problemático, lo precario, incluso lo admirativo. Se identifica, por tanto, con la condición social de sus habitantes, las clases bajas, y no con la altitud topográfica, aunque pueda coincidir, especialmente en el entorno de los puertos o barrios portuarios. El nombre de barrio obrero se usa como topónimo oficial en barrios de varias ciudades.

A pesar de la similitud terminológica, no debe confundirse con el concepto anglosajón de downtown, el que se refiere al centro de la ciudad.

De acuerdo a la definición de la ONU, barrio marginal es aquel que carece de una o más de las siguientes condiciones: acceso a agua potable, a sanidad, a espacio habitable suficiente, a una vivienda levantada con material sólido y el derecho de usufructo.

Moreno afirmó que para que un país tenga éxito al abordar los problemas de los barrios marginales debe «haber un compromiso político de no menos de diez años, lanzar reformas serias en materia de vivienda y propiedad de la tierra, movilizar importantes recursos de sus propios presupuestos y enfrentar de inmediato el problema de la pobreza y la desigualdad». Esto es así porque el crecimiento económico no lleva automáticamente a la mejora y disminución de los barrios marginales, concluyó el experto de la agencia de la ONU.

Muy a menudo se identifica con el término árabe arrabal, aunque claro está, este procede de la estructura de la ciudad medieval musulmana, y originalmente se refería al crecimiento urbano fuera de las murallas, lo que en la cristiandad latina se denominaba burgo. En realidad la mayor parte de los barrios bajos se sitúan en la periferia urbana o el extrarradio que surge más allá del ensanche burgués; mientras que los arrabales stricto sensu (los de origen medieval) forman parte del centro histórico. También pueden denominarse barrios bajos la parte del centro de las ciudades que se ve deteriorada por la ausencia de mantenimiento o renovación de infraestructuras y la existencia de determinadas funciones marginales (especialmente la prostitución o distintas formas de delincuencia) y de población ligada a ello (lumpen, inmigración, minorías étnicas), el descenso de los precios de los inmuebles y las rentas y otras formas de degradación que los convierten en verdaderos ghetos.[4]​ En algunas ciudades se conoce como barrio chino, en otras se han regenerado, incluso convertido en una atracción turística, como el barrio rojo de Ámsterdam. La expresión barrio húmedo se utiliza en algunas ciudades españolas para designar a la zona de tabernas.[5]

Más similar a barrios bajos es el concepto de suburbio, que tampoco puede identificarse con el término anglosajón de suburb -suburb-, sino con otros como los de slum -slum- o shanty town -shanty town-, que tienen su equivalente en otros idiomas en favela -originario de Brasil- o bidonville -en países francófonos-, términos equivalentes al concepto castellano de "villacajón" , barrio de chabolas o infraviviendas.

Otros usos[editar]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. En Inglaterra el East End de Londres o las zonas de Manchester que estudió Friedrich Engels en los años 1840. En España hasta la segunda mitad del siglo XX, debido a lo tardío de la industrialización y el éxodo rural; barrios periféricos de Madrid, Pozo del Tío Raimundo y los reflejados en la novela Tiempo de silencio de Luis Martín Santos, Barcelona, Barrio de Somorrostro, reflejado en Los Tarantos- o Bilbao, margen izquierda del Nervión. Curiosamente, para Bilbao, “Los barrios altos” era el término popular con el que se denominaba, al menos hasta el año 1937, a los distritos de San Francisco y Las Cortes. El nombre hacía clara referencia a la población en zona elevada, cuando Bilbao no tenía prácticamente más población que las Siete Calles, Atxuri, Ascao, entre otros, pero otra denominación alternativa era la de “los barrios obreros”, en referencia al componente social mayoritario de los barrios altos (Presentación de Los Barrios Altos de Bilbao Archivado el 20 de marzo de 2011 en Wayback Machine. de Arturo Izarzelaia Izagirre).
  2. El uso de los términos barrios altos y barrios bajos aparece en Mesonero Romanos aplicado a los barrios del Madrid de mediados del siglo XIX, que estaba experimentando las transformaciones revolucionarias, demográficas y sociales, entre el Antiguo y el Nuevo Régimen (El Antiguo Madrid, 1861, pg. 191). Así identifica como barrios bajos los de Lavapiés, Rastro, Inclusa y Embajadores, centrándose su referencia a las calles entre Lavapiés y Atocha: Zurita, los Tres Peces, La Esperanza, A estas nuevas barriadas, apartadas y humildes, debieron naturalmente refluir las clases más desvalidas de la población cuando, creciendo ésta en número e importancia, rebasó las antiguas cercas y cubrió de edificios costosos las calles y términos de la villa. Formose, pues, la natural división de barrios altos y bajos, y ocupando los primeros los empleados de la corte y las clases acomodadas, tocaron naturalmente los segundos a los jornaleros menestrales; aquéllos, renovándose continuamente con los favores del poder y de la fortuna, con la inmigración constante de forasteros, y con el trasiego de los propios en viajes y comisiones, modificaron infinitamente su carácter y tipo primitivo, perdieron el colorido local, y de la reunión de aquellos matices, adaptados de tan diferentes orígenes y fundidos en el crisol de la corte, vino a formarse otro especial, y por cierto bien interesante, que es el del habitante de Madrid; pero los signos característicos del madrileño (especialmente en la parte menos culta de la población) que pudieron escapar al roce continuo de los otros pueblos y a las tendencias, intrigas y favores cortesanos, han llegado hasta nosotros transmitidos de generación en generación en los habitadores de los barrios bajos. Mesonero Romanos mezcla los significados social y topográfico de alto y bajo al indicar que posteriormente los de Maravillas y calle de Barquillo y otros de la parte alta de la población comprendieron con los demás el albergue de estas clases. También distingue el nombre popular que recibían sus habitantes, que aun siendo todos ellos clases populares, los primeros se conocen como manolería y los segundos como chisperos.
  3. En los Estados Unidos, zonas como Brooklyn y Bronx, en Nueva York. En la Argentina, zonas como La Boca en Buenos Aires. Pueden encontrarse en cualquier ciudad de cualquier país del mundo: En México hay identificados 2 mil 400 barrios pobres, todos ellos concentrados en las 121 ciudades más pobladas del país Archivado el 12 de enero de 2012 en Wayback Machine..
  4. El Raval de Barcelona, zonas cercanas a la Gran Vía de Madrid, etc.
  5. Particularmente en el Casco Antiguo de León para referirse a la Plaza de San Martín y calles adyacentes (Eria, nº 68, 2005, Universidad de Oviedo, Departamento de Geografía. Universidad de Cantabria (Santander), Departamento de Geografía, Urbanismo y Ordenación del Territorio. Pg. 370.
  6. [1]
  7. [2] (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  8. José Cabeza San Deogracias El descanso del guerrero: cine en Madrid durante la Guerra Civil española, pg. 166.