Atahualpa

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Atahualpa
Ata Wallpa
Inca del Tahuantinsuyo
13° Cápac Inca
1532 - 1533
Predecesor Huáscar
Sucesor Ninguno
(Túpac Hualpa, Inca nombrado por los españoles)

Inca del Tahuantinsuyo
1532 - 1533
Predecesor Huáscar
Sucesor (Fin del Tahuantinsuyo)
Información personal
Nombre completo Atahualpa
Nacimiento 1500
Lugar de nacimiento discutido
Fallecimiento 26 de julio del año 1533
Cajamarca
Familia
Dinastía Hanan Cuzco
Padre Huayna Cápac
Madre Posibles madres:
Tocto Coca
Paccha Duchicela
Túpac Palla[1]
Hijos Puca Sisa (Flor Roja), Huallpa Cápac, Diego Ilaquita, Francisco Ninacuro (Gusano de Fuego), Juan Quispe Túpac, Francisco Túpac Atauchi, Carlos, Felipe, María Isabel

Atahualpa (quechua: Ata-wallpa 'gallo'[2]​) fue el decimotercer inca y pese a que tuvo sucesores nombrados por los españoles está considerado como el último gobernante del Imperio incaico.

Cuando Huáscar se coronó en Cuzco como emperador, Atahualpa contaba con el veterano ejército norteño de su padre, Huayna Capac, y con la herencia de un co-gobierno desde la ciudad de Quito, aunque subyugado al Cusco. Tras ciertos sucesos que encendieron la mecha de la discordia entre ambos hermanos, se dio inicio a la sangrienta Guerra civil incaica.[3]

Tras trece batallas logró vencer a Huáscar en el año 1532 en Quipaypan, cerca de Cuzco, tras lo cual Atahualpa se proclamó Inca o emperador. Luego, en la ciudad de Cajamarca conoció a los españoles donde, según la versión tradicional y después de una inesperada emboscada española, habría sido hecho prisionero por Francisco Pizarro. A los pocos meses fue acusado de traición por los españoles, que lo acusaron de ocultar un tesoro, conspiración contra la corona española y de asesinar a Huáscar. Para su rescate ofreció pagar dos habitaciones llenas de plata y una de oro. Cumplió con su oferta, pero los españoles no cumplieron con su parte, y lo sentenciaron a morir resultando finalmente ejecutado por medio del garrote.

Origen polémico

Existen dudas sobre el lugar de origen de Atahualpa. El conquistador Pedro Cieza de León aseguró en una de sus crónicas haber averiguado por las calles de Cuzco el origen de Atahualpa, según él los orejones cuzqueños le dijeron que Atahualpa fue mayor que Huáscar y además cuzqueño como él, descarta que su madre fuera quiteña.[4]​ La mayoría de crónicas como las de Santa Cruz Pachacuti y Bernabé Cobo aseguran que Atahualpa nació en Cuzco, mientras que son muy pocos los que afirman un origen quiteño, entre otros a fines del siglo XVI Diego Lobato de Sosa (nacido en 1536 de una supuesta hermana de Atahualpa), y en el siglo XVII Pedro de Mercado. El cuzqueño Inca Garcilaso de la Vega es el principal cronista que presenta la afirmación de que es hijo de la princesa Paccha Duchicela.

Existen fuentes, en su mayoría escritas a fines del siglo XVI y mediados del XVII, que respaldan su nacimiento en Tahuatinsuyu. El hecho de que Túpac Yupanqui haya nacido en Vilcashuamán y su hijo Huayna Capác en Tomebamba, parece indicar que Atahualpa muy bien pudo haber nacido en Quito, como parte de una política expansionista del Imperio y como una manera de reforzar una conquista de índole político-religiosa (Hugo Burgos Guevara, El Guamán, el Puma y el Amaru). Lastimosamente, al haber sido destruidas las "bibliotecas" incas de quipus por los combatidores de herejías y el saqueo que sufrió el Cusco a manos de los españoles, junto con el hecho de haber sido perdida la enseñanza de los quipucamayoc o conocedores del arte de leerlos, nunca se sabrá el origen real de Atahualpa. Sin embargo, el apoyo militar de los shyris que se le dio, da crédito a que Atahualpa había nacido en Quito, aún cuando Tomebamba se puso en contra de él en un intento de independizarse de los incas.

Otros cronistas relatan que vivió en Tomebamba más de 10 años junto a su padre Huayna Cápac, su hermano Ninan Cuyuchi, y el ejército inca (con sus más influyentes generales). Según toda la información constituida por la Biblioteca Nacional del Ecuador indica que Atahualpa es netamente quiteño pese a las contradicciones propuestas por historiadores peruanos.

La siguiente tabla[5][6]​ muestra las distintas versiones de los cronistas:

Cronista Origen Cuzqueño Origen Quiteño Detalles a favor o en contra:
Juan de Betanzos Menciona que Atahualpa sale del Cusco con su padre de edad de 13 años dejando en el Cusco a Guascar. (Cronista quechuahablante)[7]
Pedro Cieza de León Crónicas relativamente confiables
Francisco López de Gómara ¿? ¿? Sólo menciona que su madre era quiteña
Sarmiento de Gamboa Tuvo buenas relaciones con los nobles cuzqueños. Dice que su madre fue Tocto Coca del linaje Hatun Ayllu.
Inca Garcilaso de la Vega Crónicas a veces erróneas.
Felipe Guamán Poma de Ayala ¿? ¿? "Atagualpa Ynga, auquicona uastardos, fue su madre Chachapoya"[8]
Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui "Y asi dizen que Guaynacapac, antes de que se casara...parió otra ñusta llamada Toctollococa, a Ttopa Attahuallpa"[9]
Bernabé Cobo Dice que la madre de Atahualpa es la ñusta Tocto Coca.
Agustín de Zárate
Miguel Cabello Balboa[10] Cuando Huayna Cápac parte a Quito, la madre de Atahualpa ya había fallecido.
Juan de Velasco[11] Si

En lo que sí coincide la mayor parte de las crónicas de la época es que Atahualpa estuvo con su padre en Cuzco durante su infancia y juventud, recibiendo en esta ciudad la educación que en su condición de noble le correspondía.

Los historiadores ecuatorianos tienen una opinión dividida sobre el lugar de nacimiento de Atahualpa, algunos dicen que fue en Quito y otros en el Cuzco.[10]

Los historiadores peruanos tienen la opinión de un origen cuzqueño.

Juventud

Cuando Atahualpa tenía 16 años de edad su padre Huayna Cápac decidió dejar Cuzco y marchar con él y con su hermano Ninan Cuyuchi hacia el norte del imperio al mando de un gran ejército, dejando a su hijo Huáscar como incap rantin (vicegobernador) de Cuzco.

En Quito, Huayna Cápac encargó a Atahualpa el mando de una campaña militar para someter a los punaneños (del Golfo de Guayaquil) quienes se negaban a pagar sus tributos.[12]

Fue en esta permanencia de más de 10 años junto a su padre y a hábiles generales como Chalcuchímac y Quisquis que Atahualpa aprendió el arte de la administración y el gobierno; los cronistas lo describían intelectualmente como alguien de "vivos razonamientos y con mucha autoridad".[13]

Entronización

Huáscar conducido por Quisquis y Chalcuchímac.
Grabado idealizado que ilustra un retrato de Atahualpa.

Ahí permanecieron juntos por más de 10 años sofocando rebeliones y conquistando nuevas tierras.[14]​ En 1525, Huayna Cápac murió en Quito de una extraña enfermedad,;[15]​ posiblemente de viruela. Lo mismo sucedió con Ninan Cuyuchi, pero en Tomebamba.[16]​ La epidemia de viruela llegó también a Cuzco y mató a dos de los cuatro correinantes de Cuzco, haciendo que Huáscar fuese el preferido de los cuzqueños para asumir el gobierno.[17]

Tras ser nombrado emperador inca por los nobles cuzqueños, Huáscar fue víctima de un golpe de estado fallido.[12]​ Esta acción hizo que reinara la desconfianza en Huáscar; esta desconfianza, a su vez, hizo que desencadenó la antipatía de los nobles incas contra Huáscar.[18]

Preocupado por la estrecha relación de Atahualpa con el poderoso ejército norteño, Huáscar le ordenó que viniera a Cuzco. Atahualpa fue convencido por los generales norteños de no ir, ya que si lo hacía sería ejecutado.[19]​ No obstante envío emisarios con obsequios para convencer a su hermano de su buena fe, mas este los toma como afrentas torturándolos y enviándoselos con regalos denigrantes. Atahualpa se enoja por el maltrato a sus sirvientes y a su persona y marcha con las veteranas legiones quiteñas bajo el mando de Quisquis y Calcuchimac hacia el Cusco, enviando a su vez el inca Huáscar su propio ejército al norte para dar inicio a la cruenta guerra civil inca.

Terminada la guerra tras trece batallas (Mocha, Ambato, tres en Tomebamba, Cusibamba, Cochahuailla, Bombón, Yanamarca, Angoyacu, Tavaray y dos en Cotabamba), Huáscar fue tomado prisionero por los generales Quisquis y Chalcuchimac. Fue maltratado y traído descalzo ante Atahualpa.[20]​ En 1533, cuando Atahualpa ya estaba preso, ordenó su ejecución, por temor a que los españoles le devolvieran el trono; es decir, que no llegaron nunca a verse las caras desde que se inició la guerra.

La embajada de Hernando de Soto

Terminada la contienda, Atahualpa se dirigió rápidamente hacia Cajamarca, donde lo esperaban los españoles a quienes quería conocer. Cuando Atahualpa se hallaba en Pultumarka (actual Baños del Inca), a media legua de Cajamarca, Francisco Pizarro envió a Hernando de Soto con 20 jinetes y un intérprete hacia el inca para decirle que lo estaban esperando en Cajamarca. Ahí, Atahualpa sorprendió a la embajada española, ya que según cuentan, Atahualpa nunca se asustó de los caballos que se le acercaron tanto que soplaron en su cara, sin embargo algunos soldados sí se atemorizaron y fueron castigados severamente por ello.[21]​ Atahualpa confirmó que iría a Cajamarca al día siguiente.

Masacre y captura en Cajamarca

Cuarto del Rescate de Atahualpa en Cajamarca (actualmente en el Perú).

Al día siguiente los españoles se escondieron en los principales edificios incas de la Plaza cajamarqueña y esperaron ansiosos. Unas horas después vieron con terror el fenomenal ingreso de Atahualpa, con un desfile de 6.000 personas entre bailarines, nobles y guardias; cuya principal función no era combatir a los hispanos sino asustarlos y convencerlos de su poder; más aún, según los estándares de la guerra inca, creían que los extranjeros negociarian y se entregarían tras el banquete.[22]​ Atahualpa esperaba encontrar al líder español con el cual comer y conversar, mas al entrar a la plaza el único español que le salió al encuentro fue el fraile Vicente de Valverde, quien a través del intérprete Felipillo, aunque otras fuentes dicen que fue Maritinillo o ambos. El inca decidió tratar el asunto diplomático con el fraile compartiendo chicha en queros para iniciar la conversación, pero Valverde, temeroso de ser envenenado, lo tira al suelo enfureciendo al inca; después, para mayor indignación de este, efectuó el Requerimiento donde se le ordenó aceptar el cristianismo como religión verdadera y someterse a la autoridad del rey Carlos I de España y al papa Clemente VII.[23]​ Acto seguido le entregó un misario y un anillo como regalo, Atahualpa al ver que carecían de significado para él, e indignado por que le insinuasen someterse a otro "señor" que ni conocía, los tiró al suelo a la par que le ordeno a Valverde que los españoles paguen por todo lo que habian robado de su imperio; esta acción fue el detonante para que el fraile saliera corriendo lleno de miedo y Pizarro diese la señal para el inicio de la masacre. Los españoles rompieron el silencio al disparar su artillería y fusiles sobre los sorprendidos quiteños, y lanzaron la caballería que comenzó a matar y mutilar sin distinción de género o edad.

Los súbditos que cargaban el anda de Atahualpa fueron también victimados sin piedad, pero según su función cuando algunos caían eran reemplazados de inmediato para evitar la caída de su señor. Al ver esta situación uno de los conquistadores intentó matar al inca con un cuchillo, pero Francisco Pizarro lo impidió atajándolo (inclusive se lastimó la mano al hacerlo) y ordenó que "nadie tocase al inca".[24]​ La matanza fue indiscriminada, más de 2.000 sirvientes del inca murieron, y también fue asesinado el señor de Chincha, amigo íntimo de Atahualpa.[25]

Prisión

Como resultado Atahualpa fue apresado en un palacio de Cajamarca; según Guaman Poma de Ayala estuvo sumergido en una época de depresión porque le quitaron a su coya (mujer), su riqueza y su reino. Cuenta que lloró, no comió mucho y dormía poco.[26]​ Estando preso se hizo amigo de Pizarro, y le tuvo admiración a Hernando Pizarro, de quien dijo era un gran señor. También jugaba mucho a la "Taptana", un juego de mesa inca que algunos historiadores confundieron con el ajedrez.[27]​ Según crónicas, aprendió castellano en veinte días.

Sin embargo, el historiador Luis Andrade Reimers asegura que ni fue hecho prisionero ni, peor aún, entregó rescate alguno para su liberación, pues la relación numérica de efectivos de desventaja para los españoles hacía imposible semejante situación. Atahualpa planificaba la reconstrucción del Tahuantinsuyo, después de los agotadores años de guerra civil, por lo que intentó establecer relaciones de mutuo beneficio para los dos imperios, el suyo y el ultramarino de los españoles, para lo cual entregó esa cantidad de metales a cambio de beneficios técnicos y administrativos para su tierra.

También, según la versión tradicional en prisión habría mantenido algunos privilegios: se le permitió seguir administrando el imperio, aprendió a leer y escribir, también mantuvo una relación amistosa con Francisco Pizarro.[28]

Muerte

Los funerales del inca, pintura de Luis Montero que representa a Atahualpa muerto.

En prisión, Atahualpa ofreció a cambio de su liberación llenar dos habitaciones de plata y una de oro "hasta donde alcanzara su mano", los españoles aceptaron y de inmediato se mandó la orden a todo el imperio inca de que enviasen la mayor cantidad posible de oro y plata hacia Cajamarca.[29]​ Después de cumplir su parte, los españoles lo sentenciaron a muerte el 25 de julio de 1533 por idolatría, fratricidio, poligamia, incesto y lo acusaron de ocultar un tesoro.

Al alegar que según su creencia su cuerpo debía ser embalsamado para lograr su resurrección en el otro mundo, el cura Valverde le concedió una última opción: ser bautizado como cristiano y luego ahorcado. Al aceptarla fue bautizado con el nombre cristiano de Francisco,(algunos historiadores dicen que con el nombre de Juan, otros sostienen y aseguran que con el de Paulo). Se cree que Francisco Pizarro lloró su muerte.[30]​ (Pedro Pizarro narra en su crónica: "yo vi llorar al Marqués").

Atahualpa, de acuerdo a lo establecido con Valverde, fue ejecutado con la estrangulación por medio del garrote vil, el 26 de julio de 1533 en la plaza de Cajamarca.[31]​ La noticia de su muerte originó una gran anarquía, muchas etnias huascaristas dominadas por Atahualpa se sublevaron e intentaron recuperar su independencia.

Fue enterrado en la iglesia de Cajamarca pero unos días después su cadáver desapareció misteriosamente; probablemente sus súbditos lo rescataron para momificarlo y enterrarlo junto con sus antepasados.[32][33]

Tras su muerte, los incas partidarios de Huáscar (como Manco Inca) se unieron a los españoles para derrotar a Chalicuchima, Quisquis y los partidarios supervivientes de Atahualpa.

Entre los huilliches del sur de Chile existe la creencia de que el Rey Inca, o Rey Inca Atahualpa, retornará un día e irá a ellos para gobernarlos con justicia y darles bienestar.[34]

Véase también


Predecesor:
Huáscar
13°
Cápac Inca
Dinastía Hanan Cuzco

1532 - 1533
Sucesor:
Túpac Hualpa
(Inca nombrado por los españoles)
Predecesor:
Huáscar

Inca del Tahuantinsuyo

1532 - 1533
Sucesor:
(Fin del Tahuantinsuyo)

Notas y referencias

  1. Enrique Ayala Mora, Resumen de la Historia del Ecuador, pág. 7.
  2. Nordenskiöld, 1922: Comenta que el 'gallo' era desconocido en la América precolombina del sur, y que fue introducido en Brasil hacia 1500, y su cría se difundió hacia Sudamérica occidental en unas pocas décadas. Se desconoce la razón por la cual se dio el nombre de esta "ave exótica" al último inca.
  3. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 174–175
  4. María Rostworowski, Historia del Cuzco, página. 165. Además descarta que su madre fuera quiteña.
  5. Basada en: María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 165.
  6. [1] Basada en: María Rostworowski, Estructuras andinas del poder
  7. Juan de Betanzos; Roland Hamilton, Dana Buchanan. «Narrativa de los incas» (en inglés). Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  8. Atagualpa Ynga, auquicona uastardos, fue su madre Chachapoya
  9. El Guaman, el Puma y el Amaru: Formación Estructural Del Gobierno Indígena
  10. a b Diccionario gráfico del Ecuador
  11. Análisis de la historia antigua de Juan de Velasco
  12. a b Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 105.
  13. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 39
  14. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 171, Como la conquista de los Chachapoyanos por ejemplo.
  15. Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 104
  16. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 172.
  17. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 171.
  18. Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 108.
  19. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 174
  20. Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno, pág. 39
  21. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 33.
  22. Discovey Channel. «Pizarro y los incas (fragmento 2)» (video). Consultado el 25 de febrero de 2008. 
  23. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 35.
  24. «La Captura de Atahualpa por Francisco Pizarro, la Conquista del Imperio Inca, Historia del Peru.». Archivado desde el original el 29 de abril de 2009. Consultado el 25 de febrero de 2008. 
  25. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 36.
  26. Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno, pág. 98
  27. Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno, pág. 98.
  28. Discovery Channel. «Pizarro y los incas (fragmento 3)» (video). Consultado el 25 de febrero de 2008. 
  29. Arturo Gómez Alarcón. «Los incas: Atahualpa». Archivado desde el original el 2 de mayo de 2009. Consultado el 25 de febrero de 2008. 
  30. Discovery Channel. «Pizarro y los incas (fragmento 5)» (video). Consultado el 25 de febrero de 2008. 
  31. Carlos Huerta, Cronología de la conquista de los Reinos del Perú, pág. 30
  32. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 194
  33. Carlos Duche Hidalgo (10 de febrero de 2008). «Descubrimiento del Oriente ecuatoriano y del río Amazonas». PuyoGaceta.com. Archivado desde el original el 21 de marzo de 2009. Consultado el 25 de febrero de 2008. 
  34. Contreras, Constantino. «Un mito post-hispánico entre los huilliches». Alpha (Osorno: Departamento de Educación y Ciencias. Instituto Profesional de Osorno) (7): 53-74. ISSN 0716-4254. 

Bibliografía

  • Espinoza Soriano, Waldemar (1986). Destrucción del Imperio de los incas. Cuarta edición, Lima: Amaru editores S.A. 
  • Espinoza Soriano, Waldemar (1997). Los Incas. Tercera edición, Lima: Amaru Editores. 
  • Julio R. Villanueva Sotomayor (2002). El Perú en los tiempos modernos. Lima: Empresa periodística Nacional S.A. 
  • Guamán Poma de Ayala (1998). Nueva crónica y buen gobierno (antología). Lima: Editorial Horizonte. ISBN 9972-699-08-0. 
  • Huerta, Carlos (2013). Cronología de la Conquista de los Reinos del Perú (1524 - 1572). ISBN 978-612-00-1406-6. 
  • Rostworowski de Diez Canseco, María (2002). Historia del Tawantinsuyu. FIMART S.A.C. ISBN 9972-51-029-8. 
  • Dejo Bendezú, Juan Miguel (1993). Atahualpa. Lima: BRASA. 

Enlaces externos