Alejandro Casona

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Alejandro Casona
Información personal
Nombre de nacimiento Alejandro Rodríguez Álvarez Ver y modificar los datos en Wikidata
Apodo El Solitario Ver y modificar los datos en Wikidata
Otros nombres Alejandro Casona, El solitario
Nacimiento 23 de marzo de 1903
Besullo - Cangas del Narcea, Asturias, EspañaBandera de España España
Fallecimiento 17 de septiembre de 1965
Madrid, EspañaBandera de España España
Sepultura Cementerio de La Almudena Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Español
Educación
Educado en Universidad de Oviedo Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Dramaturgo
Poeta
Seudónimo Alejandro Casona Ver y modificar los datos en Wikidata
Géneros Dramaturgo, teatro y poesía Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones

Alejandro Rodríguez Álvarez, conocido como Alejandro Casona, o también "El Solitario" (Besullo - Cangas del Narcea, Asturias, 23 de marzo de 1903 - Madrid, 17 de septiembre de 1965) fue un dramaturgo y maestro español de la Generación del 27.[1]​ Autor personal, con una lectura mágica del "teatro poético" surgido del modernismo de Rubén Darío. Su producción dramática guarda cierto paralelismo con la de Federico García Lorca, si bien su poética tiene el regusto amargo de la supervivencia.[2]​ En sus propias palabras:

«Tenía que escribir el teatro del amor, del odio, de la venganza (...) Se me puede acusar, con razón, de estar desligado del dato contingente, pero no del hombre».[3]
Alejandro Casona

Biografía

1903-1937

Nacido en Besullo, una aldea montañesa asturiana, nieto de un herrero, hijo de Faustina y Gabino, maestros ambos. Su único juguete en la infancia fue un castaño (la "Castañarona").[4]​ Los traslados constantes de sus padres le llevaron a Villaviciosa y Gijón, donde descubrió el mar y emprendió su bachiller. Su adolescencia y mocedad transcurrieron en Palencia y Murcia. En Murcia, estudió en la Escuela Normal de Magisterio y en la Facultad de Filosofía y Letras y el Conservatorio de Música y Declamación; también se inició como obrero en una carpintería y, tras una escapada con su amigo Antonio Martínez Ferrer como aprendices de cómico de la legua, trabajó de actor en la compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado.[5]

En 1922 entró en la Escuela Superior de Magisterio de Madrid, y cuatro años después obtuvo el título de Inspector de Primera Enseñanza, ganando plaza en el Valle de Arán (1928), donde llegó a poner en marcha un grupo de teatro infantil. En octubre de ese año de 1928, se casó en San Sebastián con Rosalía Martín Bravo, compañera de estudios en Madrid. El joven matrimonio se instaló en el pueblo de Lés (Lérida), donde nació, en 1930, su única hija, Marta Isabel, y permanecieron hasta febrero de 1931. En ese periodo, Casona adaptó El crimen de Lord Arturo de Wilde, que fue estrenada en 1929 en Zaragoza por la compañía de Rafael Rivelles y María Fernanda Ladrón de Guevara, y en la que por primera vez aparecía en cartel el seudónimo Alejandro Casona (en honor a la "casona del maestro" de su pueblo natal, Besullo).

Su vocación didáctica, inspirada en el ideario de la Institución Libre de Enseñanza, le valió ser nombrado por Manuel Bartolomé Cossío (presidente del Patronato de las Misiones Pedagógicas creadas durante la Segunda República Española) director del "Teatro ambulante" o "Teatro del pueblo". Para este proyecto escribió pequeñas obras como Sancho Panza en la Ínsula y Entremés del mancebo que casó con mujer brava; también adaptó obras clásicas, tanto para adultos como para niños y jóvenes.

Foto del reportaje aparecido en el número 229 de la revista "Crónica" de Madrid, en 1934, tras el estreno de La sirena varada, en la que aparece la intérprete principal, Margarita Xirgú.

En 1932, consiguió el Premio Nacional de Literatura (España) por Flor de leyendas, una colección de lecturas para jóvenes, ilustrado por Rivero Gil. Al año siguiente se le concede el premio Lope de Vega. Con tal espaldarazo, consiguió poner en escena por fin La sirena varada, pieza antinaturalista, definidora ya de su estilo poético a la par que misterioso ("misterioso a la asturiana", como escribió Max Aub al hablar de él).[6]​ La obra, con el apoyo de Adriá Gual y Margarita Xirgú llegó al público en la temporada de 1934.

El estallido de la guerra civil española rompió toda expectativa de futuro. Casona estuvo en un hospital de Madrid montando representaciones para heridos de guerra con el Teatro del Pueblo y dando alguna conferencia sobre teatro en Valencia antes de dejar España en febrero de 1937, con la compañía de Pepita Díaz y Manuel Collado Montes.[7]

1937-1962

Exiliado en un principio en México, tras un éxodo por Costa Rica, Venezuela, Perú, Colombia y Cuba, se estableció en Buenos Aires, Argentina en 1939. Fuera de España estrenó el cuerpo central de su obra en el que Casona desarrolló su personal teatro, definido así por Genoveva Dieterich: "...el conflicto entre la realidad y la fantasía, la evasión a un mundo poético mejor, la búsqueda de la felicidad, la fuerza redentora del amor, la realidad del sueño...".[8]​ De ese periodo son, entre otras: Prohibido suicidarse en primavera, La dama del alba, La barca sin pescador, Los árboles mueren de pie, La tercera palabra o La casa de los siete balcones.

1962-1965

Regresó a España en 1962, donde estrenó con éxito de público y gran alboroto crítico lo mejor de su producción. Aceptado y en cierto modo utilizado por la política aperturista del último franquismo, Casona fue rechazado por la crítica más joven. Uno de sus grandes verdugos fue la revista Primer Acto; entre las demoledoras críticas, quizá las más reflexivas fueron las de su director José Monleón, recogidas y revisadas años después en Treinta años de teatro de la derecha (1971).[nota 1]

Discutido por unos y consagrado por otros, Casona puso en escena su última obra, un retrato de Francisco de Quevedo, titulada El caballero de las espuelas de oro (1964), en una excelente interpretación de José María Rodero. Murió el 17 de septiembre de 1965 en Madrid.

Obra

Colecciones

  • Obras completas de Alejandro Casona, Madrid, Aguilar, 1969.
  • Teatro selecto, Madrid, 1973.
  • El mancebo que casó con mujer brava , Madrid, 1935.

Dramas[9]

Guiones

Producciones

Poesía

  • La empresa del Ave María, romance histórico, 1920.
  • El peregrino de la barba florida, poemario, 1926.
  • La flauta del sapo, poemario, 1930.

Ensayos

  • El diablo en la literatura y en el arte, trabajo de fin de estudios, 1926.
  • El diablo. Su valor literario principalmente en España.
  • Vida de Francisco Pizarro, biografía.
  • Las mujeres de Lope de Vega, vida y teatro.

Teatro para niños

  • El lindo don Gato con botas.
  • ¡A Belén, pastores!
  • Tres farsas infantiles.

Véase también

Referencias

  1. Alejandro Casona: el creador de un nuevo teatro popular, por Ricard Salvat, Enric Ciurans y Núria Salvat Consultado en enero de 2014
  2. Monleón, José (1971). Treinta años de teatro de la derecha. Barcelona, Tusquets. p. 122. 
  3. Gómez García, Manuel (1997). Diccionario del teatro. Madrid, Ediciones Akal. p. 165. ISBN 8446008270. 
  4. Monográfico sobre Casona en Literaturas.com Consultado en enero de 2014
  5. Portal dedicado a Casona. Consultado en enero de 2014
  6. Aub, Max (1966). Manual de historia de la literatura española. Madrid, Akal Editor. p. 522. ISBN 847339030-X. 
  7. Semblanza biográfica de Alfonso López Alfonso en el sitio digital de la "Sociedad canguesa de amantes del país". Consultado en enero de 2014
  8. Dieterich, Genoveva (2007). Diccionario del teatro. Madrid, Alianza Editorial. pp. 66-67. ISBN 9788420661735. 
  9. El teatro de Alejandro Casona, José R. Rodríguez Richart. 1962; ed. Universidad de Madrid. Facultad de Filosofía y Letras; (446 páginas).[1]

Notas

  1. Escribe Monleón: "El esquema polémico de Casona era, evidentemente, primario. Hablaba del teatro político-social como si a él le estuviesen pidiendo sus detractores un teatro directamente revolucionario; no era eso, precisamente. Lo que se había puesto en cuestión eran sus ideas, su filosofía, su visión fatalista de la realidad, siempre desagradable, vencida o vencedora... El problema, en el fondo, era más patético y terrible para Casona que para nadie. Quizá por eso no se atrevió a plantearlo correctamente y sostuvo hasta el final que los ataques procedían de la ignorancia y de la envidia... Casona era, en definitiva, la culminación de un teatro bien escrito y artesanalmente sabio, destinado a magnificar el pesimismo histórico y la capacidad del hombre para inventar, no importa dónde ni cómo, un paraíso. La verdadera vida estaba fuera de la realidad social. (José Monleón, en Treinta años de teatro de la derecha, Madrid, Tusquets, 1971, pp. 120-122.)

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